1968: ¿Correr con un enemigo?

Sí, además de los coches, me encantan también las motos –durante varios años seguí el Mundial de dos ruedas–, o mejor dicho las competiciones de motos porque a la hora de montar sobre ellas…noto que me falta algo, dos ruedas más diría y sólo me atrevo con mi scooter urbano.

Entre las motos admiro a los pilotos de la Isla de Man, los 'locos' de las Road Races, que todavía se miden y defienden en circuitos de carretera o urbanos, que son capaces de ir mucho más rápido de lo que van los pilotos de MotoGP en sus circuitos y sin escapatorias ni barreras inflables, sino entre paredes, raíles, farolas y árboles. Pero sobre todo admiro el espíritu especial de estos hombres, la camaradería que reina entre ellos y que un día hubo en las grandes competiciones de cuatro ruedas.

Gordon Murray, cuyo padre era piloto de motos, conoce bien el ambiente, más que yo, que sólo lo conozco por lo que he leído o visto en algún reportaje, pero Murray confiesa que ha ido más diez veces a ver el TT y tan prendado está de la prueba y su ambiente que adquirió una Yamaha TZ250 GP que había corrido en la isla con un piloto neozelandés y la tiene en uno de sus salones.

Todo esto lo explicó porque Michael Dunlop ha confirmado que alineará una moto para John McGuinness en el próximo TT de la Isla Man, toda una sorpresa para el mundo de las Road Races porque Michael y John son acérrimos rivales. Es más, McGuinnes es el hombre que puede batir el récord de la dinastía Dunlop y pese a esto, le dará moto ganadora.

Los Dunlop son una institución en las 'Road Races'. Y Joey Dunlop, con sus 25 victorias en la Isla de Man, el dios de todos los aficionados, un mito a la altura de lo que Gilles Villeneuve o Ayrton Senna representan para la F1. No son sólo sus 25 victorias, sino que en 90 participaciones –cada año corría en tres o cuatro categorías– sólo cayó una vez.

Joey falleció en una 'road race' menor, en Tallín –Estonia–. Su compañero y rival, Mick Grant, decía que era "introvertido y consideraba a la prensa como la peste. Era un antihéroe y, ¡Dios mío, cuánto bebía!".  En 1985, por ejemplo, iba destacado y su moto comenzó a fallar; paró en un lugar en el que había un pub, se bajó de la moto y pidió una pinta. Unos aficionados le dijeron que la moto estaba arreglada, que sólo se había soltado un cable….apuró la segunda pinta y aún tuvo tiempo de establecer un récord de vuelta y acabar tercero.

Algunos dicen que no puedes salir al TT sin tener suficiente cerveza en el cuerpo y que al final de la carrera, bebes más para celebrar que estás vivo. Pero es obvio que eso es una mezquindad.

Vi correr a Joey Dunlop en Montjuïc con ocasión del Mundial de TT –el ancestro del Mundial de Superbikes– del 13 de julio de 1985, una carrera casi olvidada por los aficionados. Joey fue cinco veces campeón del mundo de la categoría.

Michael Dunlop y John McGuinness

Su hermano Robert le sucedió. Debutó en el TT en 1983 y logró cinco victorias en la Isla en 25 años de participación. Sufrió en la Isla una gravísima caída en 1994 que le mantuvo año y medio fuera de las carreras, pero volvió. Robert falleció en 2008 en la North West 200, una carrera tipo TT que se disputa en Irlanda, junto a al lugar de procedencia de los Dunlop. Sus hijos, Michael y William, que también disputaban la carrera, lo vieron tendido y supieron que el accidente era mortal. Ello no impidió que Michael ganara la carrera dos días después. Gary, el hijo de Joey, probó la competición, pero sin éxito y se retiró. Y ya hay una tercera generación preparada para el relevo.

Michael Dunlop ha decidido afrontar la carrera de Supersport con moto propia. La idea de alinear una segunda moto para McGuinnes, que tiene 23 victorias en la Isla de Man, sólo dos menos que Michael, surgió por azar. 

En una conversación que tuvo lugar cuando Dunlop visitó a McGuinnes, surgió la posibilidad "como una broma, pero al final sucedió. Para mí es emocionante correr con una moto hecha por un piloto que me ha incomodado tanto en carrera. Admiro a Michael porque ha sabido hacer frente y ganar con sus motos y equipo a las marcas oficiales. Correr para los Dunlop es un honor porque soy un admirador de la saga", confesó McGuiness. 

Dunlop se muestra encantado con ello "porque siempre es bueno tener a tu lado alguien que ha ganado 23 veces el TT, del que puedes aprender. Muchos no lo ven como piloto de una 600, pero ha ganado carreras con este tipo de motos".

Lo que impera hoy es que "tu primer rival es tu compañero de equipo". Lleva el mismo material y si te gana, no tienes la excusa de un motor inferior o que la aeordinámica es mejor…porque tu material y el suyo son idénticos. 

Pero hubo un tiempo que no fue así. Recuerdo otras épocas y grandes gestos. Uno de ellos, de hace 60 años, en el GP de Francia, al que Fangio –ya casi retirado– quiso acudir para despedirse de Europa y de sus amigos de la F1 en el mismo GP que le vio debutar. Mike Hayworth iba en cabeza y justo al final, dobló a un coche; se percató que era Fangio, levantó el pie y volvió a dejarle pasar: "A Fangio no se le dobla", dijo. 

Otro ocurrió dos años antes, cuando Phil Collins se jugaba el título con Fangio, compañeros en Ferrari. Fangio rompió y Collins se paró y le dejó su coche, con lo que entregaba la corona al argentino: "Soy joven, ya tendré otra oportunidad".

Gestos de antaño en una categoría en la que la rivalidad es máxima y la coexistencia entre campeones –como la que lograron Graham Hill y Jim Clark en Lotus hace 50 años– parece ciencia ficción. 

Lo de fichar a tu enemigo no es nuevo. Y el protagonista por partida doble fue Denny Hulme, conocido por 'El Oso' debido a su corpulencia; creo que sólo Froilán González ha sido más corpulento que él; ninguno de los dos podría correr en la F1 actual. Sucedió hace 50 años.

Denny Hulme corrió para Jack Brabham, en los Brabham-Repco. Brabham había fundado equipo propio, como también había hecho Bruce McLaren, que se inició en F1 como compañero de Brabham en Cooper. Y ambos se convirtieron en constructores.

Brabham fue campeón en 1966, el primer campeón sobre su propio coche. Al año siguiente, 1967, Brabham y Hulme llegaron a la última carrera jugándose la corona. Muchos pensaron que Brabham, como patrón de equipo, impondría 'la ley del jefe', pero Jack dejó libre a Hulme, que haciendo tercero, justo tras el patrón, se llevó el título.

Bruce McLaren y Denny Hulme en Mónaco de 1968 - © Sutton Images

Al siguiente año, 1968, Hulme se fue con McLaren. Los dos eran neozelandeses y eso ayuda –quizás por eso McLaren había dado antes una oportunidad a Chris Amon, con el que además de hacerle correr en F1, ganaría las 24 Horas de Le Mans para Ford–.

Hulme, con él no revalidó el título por muy poco; de hecho, el abandono en las últimas dos carreras lo impidió y fue Graham Hill el que lo logró. Pero Denny acabó por delante de su jefe, Bruce McLaren.

En 1969 McLaren falleció probando un coche de la Can-Am. Su viuda y sus hombres de confianza tomaron las riendas del equipo y Hulme siguió en él en un rol no diré de patrón, pero sí que muy cercano a esta figura, miembro del directorio.

Decididamente eran otros tiempos. Entonces sí se podía correr con tu enemigo…o quizás eras amigo incluso de tu enemigo.

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