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Jordi Juvanteny, José Luis Criado y Xavi Ribas hicieron historia al ser los primeros ganadores de la Mission 1000, competición paralela al Dakar y reservada a vehículos de bajas emisiones y nuevas tecnologías.

Como no hay dos sin tres, a los triunfos de Carlos Sainz-Lucas Cruz y Cristina Gutiérrez-Pablo Moreno Huete en el Dakar se ha unido el de Carlos Santaolalla y Jan Rosas i Viñas en el Dakar Classic.

Luis Moya, el que fuera el copiloto talismán de Carlos Sainz en el Mundial de Rallies, y que compartió con él los dos títulos mundiales de la especialidad, felicitó de inmediato a Carlos y Lucas Cruz a través de un vídeo que puso en las redes sociales. Tampoco se olvidó del triunfo de Cristina Gutiérrez en su última participación en Challenger.

Carlos Sainz tiene ya su cuarto ‘touareg’. Lucas Cruz, también. Los éxitos del ‘Matador’ en el Dakar son indisociables de su copiloto como los de los rallies estuvieron asociados a Luis Moya.

Laia Sanz sorprendió a todos en la etapa de ayer al cruzar la meta de la especial en tres ruedas. La piloto catalana está disputando su decimocuarto Dakar y no ha abandonado nunca, así que no iba a rendirse.

SÉBASTIEN LOEB AVISANDO A SAINZ fue la imagen del día de ayer. Loeb se había quedado tirado con la suspensión rota por el golpe con una piedra. Le hizo un gesto de ‘calma’ para avisarle de la trampa y otro del pulgar levantado a modo mensajes al español -con quien había compartido equipo en el Mundial de Rallies en Citroën-: "Cuidado trampa", "Estoy bien" y "Tienes vía libre".

La última etapa del Dakar acostumbra a ser más sencilla y corta. Es el trámite final y los ‘supervivientes’ sólo quieren recoger su trofeo de ‘finishers’. 

La única categoría en la que está todo por decidir es la de los SSV, los antiguos T4, en la que Xavier de Soultrait y Jerome de Sadeeler se jugarán el triunfo en la última etapa.

Carlos Sainz puede respirar tranquilo, la victoria está ya muy cerca. Pero el madrileño mantiene una cierta cautela; en el pasado ha visto como tenía títulos en el bolsillo… y éste estaba agujerado.

Sebastien Loeb parecía resignado tras haber perdido sus opciones de ganar el Dakar, un objetivo que se ha transformado para él un una asignatura pendiente.

Carlos Sainz está a un paso de ganar su cuarto Dakar y Audi de conseguir lo que se propuso: ganar la prueba más dura del mundo con un coche de tecnología e-Tron, un híbrido o eléctrico de autonomía extendida como quieran llamarle.

La decisión de Nasser Al-Attiyah de abandonar el Dakar sin gastar su único joker no ha sentado nada bien al equipo, aunque no ha sorprendido a Loeb. 

Sébastien Loeb y Carlos Sainz se enfrentan en estos últimos compases del Dakar una batalla sin cuartel, que posiblemente se jugará no por rapidez de uno u otro ni por el acierto de sus respectivos navegantes, Fabien Lurquin y Lucas Cruz. Se juzgarán por los pinchazos.

EL NUEVO CENTURY CR7 ENSEÑÓ LAS GARRAS. El nuevo buggy de la firma sudafricana hizo segundo de la etapa en manos de Brian Baragwanath. Es distinto al CR6 Turbo de Mathieu Serradori, básicamente porque tiene tracción a las cuatro ruedas en lugar de ser 4x2 como el francés. El próximo año puede ser una opción.

El ‘día del pánico’. Con la mirada puesta ya en el final de la prueba y el temor de perderlo todo. El ‘fantasma’ de esta etapa, la segunda del año pasado donde los pinchazos fueron ‘tropecientos’ y más de un favorito perdió buena parte de sus opciones, quizás no deje descansar mucho a los que tienen algo en juego.