Sébastien Ogier coge los mandos del Red Bull RB7
No es habitual ver a pilotos ajenos al Gran Circo pilotar monoplazas de Fórmula 1. Pero durante el pasado Gran Premio de Austria, Sébastien Ogier no desaprovechó su oportunidad. El cuatro veces Campeón del Mundo de Rallies se subió al coche con el que Red Bull y Sebastian Vettel se proclamaron campeones en la temporada 2011, y cumplió uno de sus sueños.
"Tengo 33 años. Cuando era niño Ayrton Senna era mi ídolo y, por supuesto, soñaba con tener la oportunidad de un día probar este tipo de coche. Para que un piloto de carreras se divierta necesitas ser rápido, y el de F1 es el coche más rápido que puedes pilotar, así que por supuesto, cada piloto de carreras quiere sentir esto algún día", comentó en declaraciones a Red Bull.
"Es un mundo diferente en la Fórmula 1. Estoy más entusiasmado que nervioso pero, obviamente, esta será la primera vez que voy a ir tan rápido en una pista de carreras", sentenció el francés.
Ogier tuvo como maestro de ceremonias y consejero a David Coulthard, que considera un desafío adaptarse al reducido espacio del monoplaza: "Hay un par de desafíos para Sébastien al venir y pilotar un coche de Gran Premio por primera vez. En el rally, sueles tener más espacio en el cockpit, mientras que en la F1 es mucho más compacto y es un ambiente hostil. Físicamente tus sentidos son más atacados cuando estás peleando con 4.5 fuerzas G", comentó Coulthard.
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