El interés de Renault hace sonar las alarmas

Red Bull se pone en movimiento para que Sainz no deje Toro Rosso

Jordi Angrill y Martí Muñoz

21/06/2016 16:03

Las últimas actuaciones de Carlos Sainz han revalorizado la percepción que existe del piloto madrileño en el paddock de la Fórmula 1. Figuras como Alain Prost y Fréderic Vasseur han alabado su potencial y la reacción de Red Bull promete no hacerse esperar ante la posibilidad de que el madrileño opte por abandonar el proyecto en busca de otras opciones.

A comienzos de año, el objetivo de Sainz era superar a Max Verstappen para posicionarse como el piloto a ascender en caso de que hubiera un volante disponible en Red Bull Racing para 2017. Sin embargo, el equipo dejó bien claras sus intenciones cuando degradó a Daniil Kvyat en beneficio del holandés. Para más inri, la renovación de Daniel Ricciardo es una realidad. La puerta de Red Bull está "cerrada", como reconocía el mismo Carlos antes del Gran Premio de Bakú.

La experiencia manda en estos casos, y Carlos sabe muy bien qué sucede con los pilotos de Toro Rosso que no llegan a Red Bull. La marca austríaca tiene un largo historial de carreras profesionales echadas al vacío. Los pilotos tienen contratos a largo plazo y es Red Bull quien en noviembre o diciembre anuncia su rescisión, lo cual deja a esas jóvenes promesas fuera del paddock porque para entonces los volantes competitivos del año siguiente ya están asignados.

Ante semejante panorama, no es de extrañar que Sainz reciba con los brazos bien abiertos el interés que el equipo Renault ha mostrado por él en las últimas semanas. Primero lo hizo Alain Prost, embajador de la marca, quien admitió que sentía curiosidad por ver al español en un equipo de primer nivel. Después fue el turno de Fréderic Vasseur, el mismo jefe de equipo, quien admitió que Sainz era una opción "muy interesante" para el futuro.

Estas alabanzas de Renault han hecho sonar todas las alarmas en Red Bull, que ve como el único hombre capaz de sustituir a Daniel Ricciardo o Max Verstappen se deja seducir por propuestas ajenas. Es más, en el programa de jóvenes promesas sólo cuentan con Pierre Gasly en la recámara y es de esperar que éste sustituya a Daniil Kvyat en 2017. Carlos no tiene reemplazo a corto plazo y es por eso que su continuidad es una cuestión de necesidad.

La reacción no se ha hecho esperar. En Azerbaiyán hubo reuniones entre la cúpula de Red Bull y la de Renault para tratar el caso Sainz. Desde Red Bull tienen un mensaje muy claro: si quieren un piloto de su nómina, tienen a Sébastien Buemi, el probador de la marca de Dietrich Mateschitz. Buemi compite en el Mundial de Resistencia y no forma parte de los planes de Red Bull. Con este ofrecimiento se visualiza la voluntad es torpedear las posibilidades de Carlos Sainz de sentarse a negociar un contrato con la marca de Enstone.

La segunda parte del plan de contención pasa por activar la cláusula contractual de Carlos y mantenerle un año más. En verdad no supone una renovación como tal, pues el contrato original del madrileño con Toro Rosso ya es a largo plazo. Sólo es la ratificación de que Red Bull no tiene intención de romperlo y que pone a disposición del español un volante en su filial para el próximo curso.

Carlos Sainz afronta ahora unos meses decisivos en su trayectoria profesional en los que se le plantea una opción binaria sobre la mesa: contentarse con la continuidad en Toro Rosso y correr el riesgo más que real de que Red Bull renuncie a él en cuanto encuentre al siguiente Pierre Gasly o bien desligarse por completo de la empresa y emprender su carrera de Fórmula 1 en solitario. Jaime Alguersuari, Sébastien Buemi o Jean-Éric Vergne son algunos de los últimos cadáveres deportivos que ha dejado un programa donde no ascender equivale a salir de la Fórmula 1 más pronto que tarde.