Hamilton 'cede' ante la FIA y prescinde de sus 'piercings' para pilotar el Mercedes
Y al final, Lewis Hamilton se alineó con el reglamento, transigió o, como dicen por aquí, ‘pasó por el tubo’.
El británico evitó la confrontación con la FIA y, en el momento de subirse a su coche para los Libres 1, apareció sin sus habituales piercings.
Punto final –se espera– a la polémica que se ha alimentado estas últimas semanas desde que la FIA anunció la prohibición de llevar pendientes, piercings, joyas y otros objetos metálicos cuando se pilota un F1… y se supone que la norma se extenderá a otras categorías rápidamente.
La polémica estalló en Miami, donde la FIA publicó la norma, amparándose en que era una medida de seguridad –en caso de accidente, estos elementos podrían causar o agravar lesiones– que quería entrara en vigor de forma inmediata, lo que provocó la reacción de algunos pilotos.
Algunos no querían prescindir de su anillo de casado o de un reloj. Y, además, también se estableció que la ropa interior ignífuga era obligatoria y la única que podía llevarse, lo que hizo que Vettel se paseara con sus ‘gayumbos de la suerte’ sobre el mono ignífugo en Miami; al parecer la FIA detectó que algún piloto evitaba ponerse los ‘calzoncillos largos ignífugos por el calor’.
La FIA amenazó con multas de 50.000 euros en la primera ocasión y hasta 250.000 si se persistía. Y también con retirada de puntos de carnet. De hecho, la normativa existía, pero lo que la FIA recordó era que debía cumplirse y anunció sanciones.
En Silverstone vence la ‘derogación’ concedida –no está claro si a todos o sólo a Lewis– porque Hamilton dijo que para sacarse dos de los piercings necesitaba cirugía.
Se esperaba la confrontación. El jueves, Lewis llevaba todos sus abalorios en las ruedas de prensa. Y este viernes ingresó en el circuito con los mismos pertrechos… pero desaparecieron cuando entró en el box para subirse al coche para los Libres 1.
