Forghieri: "Leclerc no está maduro para el título todavía"
Hay otra opinión a tener en cuenta, la de Mauro Forghieri. A sus 87 años sigue teniendo la mente lúcida, sabe lo que pasa en la Fórmula 1 al dedillo. Aunque su apasionado carácter se mantiene, ya no tiene ese punto de 'estallido colérico' que le caracterizaba y que le valió el apodo de 'Furia'.
¿Mauro Forghieri? No, no es periodista. Mauro ha sido uno de los grandes ingenieros de Ferrari. Posiblemente el más respetado por 'Il Grande Vecchio', que le puso al frente de la dirección técnica de la Scudería casi recién salido de la universidad.
Forghieri es el gran ingeniero de Ferrari de los años 60, 70 y 80. Entró en Ferrari en 1960 con 25 años –su padre, tornero de profesión, trabajaba en Ferrari– y tres años después era el jefe del departamento técnico de la Scuderia tras la marcha –despido fulminante– de los grandes nombres del momento.
"Charles es rápido, pero debe crecer. Los errores que sigue cometiendo tras cinco años en Fórmula 1 sugieren que no está maduro todavía para ser campeón. Los tifosi deben aceptar la realidad: el título lo merece de nuevo Max Verstappen, que es más glacial y más completo como piloto", ha destacado Mauro
Tengo en gran estima a Mauro, para mí 'el último ingeniero-poeta', capaz de hacer un chasis o un motor –empezó en el departamento de motores de Ferrari–, de sacarse de la manga un coche casi nuevo entre dos Grandes Premios y que era a la vez director técnico y deportivo. Chapman, Forghieri, Murray, Brawn y Newey –orden cronológico– son para mí los más grandes de la historia de la F1. Surtees, Lauda y Scheckter fueron campeones con sus coches, los famosos 312T de Fórmula 1 fueron suyos y también el mítico P4 de Le Mans, entre otros.
Forghieri ha dado su consejo a Mattia Binotto, en unas palabras a Libero. "A Leclerc deben ayudarle desde el box. Cuando Niki Lauda llegó a Ferrari era un buen piloto, pero no buenísimo. Lo 'afinamos' y al año siguiente ganó el Mundial".
Crítica implícita a Binotto y los suyos. Es cierto que Charles ha cometido dos errores de manual este año, pero la fiabilidad del coche no es perfecta y las elecciones tácticas pueden haber sido discutibles en ocasiones. Para ser campeón no sólo el piloto debe ser perfecto –"Me pemito un solo error por temporada", señaló en su día Michael Schumacher–, sino también el equipo y el coche. Las tres patas que sostienen el sueño de los tifosi no son, por el momento, perfectas.
