Alonso, resignado a empujar su McLaren: "Esfuerzo en balde"
En Hungría, a las tres menos veinte de la tarde y con 32 grados temperatura ambiente y 52 grados temperatura de pista, Fernando Alonso nos ha dejado una de las imágenes del año, un cruel reflejo del pundonor del asturiano y la situación caótica que McLaren-Honda atraviesa en estos momentos.
En plena Q2, a siete minutos y medio del banderazo y con Jenson Button eliminado en la primera ronda, el coche del asturiano ha sufrido una falta de potencia que ha acabado por dejar tirado al MP4-30 justo a la entrada del pit lane.
"Supongo que un conector o algo se ha quedado sin electricidad. Se ha parado dos veces en esa vuelta y en la última ya no ha arrancado", ha explicado el piloto en declaraciones a las televisiones.
Tras reportar por radio en varias ocasiones durante la vuelta que el monoplaza estaba perdiendo potencia, finalmente se ha quedado parado en la subida a boxes. El español no ha dudado ni un momento y, raudo, se ha bajado del coche y se ha puesto a empujar él solo intentando remontar la cuesta arriba del carril de entrada a boxes, tratando de llegar como sea a los boxes para seguir corriendo. Finalmente, con la ayuda de varios comisarios, el McLaren ha llegado a su garaje.
No obstante, como señalaba luego, el esfuerzo ha sido en balde y es que, a pesar de no saber si el fallo eléctrico del coche podía arreglarse a tiempo, el equipo le ha comunicado que, al no haber entrado el coche moviéndose por sus propios medios, el asturiano no podía volver a la pista.
"No sabía si se podría arreglar o no, pero cuando he llegado al box me han dicho que si el coche no entraba rodando por sí mismo no podríamos volver, así que el esfuerzo de empujarlo fue en balde".
