El plan de huida de Ghosn: un tren bala, una caja y dos aviones

Ghosn salió de su domicilio en Tokio el día 29 de diciembre con un sombrero y una máscara quirúrgica, que le ayudaron a pasar desapercibido ante la población civil. Fue a la estación de Shinigawa y cogió el tren bala de las 16:30 horas hasta la ciudad de Osaka.

Llegó en menos de tres horas y cogió un taxi hasta un hotel indeterminado, según datos que ha confirmado la televisión japonesa NTV. Ahí previsiblemente se reunió con alguno de sus cómplices.

La fuga la efectuó en un jet Bombardier Global Express que había llegado a Japón esa misma mañana con los contactos de Carlos Ghosn. El avión estaba estacionado en la terminal privada del Aeropuerto Internacional de Kansai, a unos 50 kilómetros de Osaka.

Los pasajeros de esa terminal no están exentos de los controles de pasaportes, pero Ghosn se ocultó en el interior de una caja de grandes dimensiones que el personal pudo acreditar como mercancía. Fue así como consiguió subirse al Bombardier sin ser detectado.

El plan de vuelo evitó la ruta más directa a Estambul, que implicaba cruzar el espacio aéreo de China, Mongolia y Kazajstán. Ghosn prefirió volar sobre Rusia por las conexiones y simpatías que mantiene en el país, que le podrían haber sido de ayuda en caso de que el gobierno nipón hubiera dado la señal de alarma. Despegó a las 23:10 horas.

La elección de Turquía tampoco era casualidad. Existía la posibilidad de volar directamente a Beirut desde Osaka, pero eso hubiera sido tentar la suerte en tanto que el Líbano apenas recibe vuelos del país nipón. El aeropuerto de Estambul, puerta de entrada de Europa, era una opción mucho más discreta.

Cuando el Bombardier tocó tierra a las 05:30 horas del 30 de diciembre, Carlos Ghosn se volvió a esconder en el interior de la caja negra, que fue transferida a un segundo avión privado con destino a Beirut. Al llegar al Líbano se acreditó con un pasaporte francés que las autoridades japonesas le habían permitido conservar.

En toda esta operación, Carlos Ghosn contó con el savoir-faire de Michael Taylor, un contratista de seguridad privada americano especializado en proteger a personas influyentes. Su empresa ha conseguido contratos del Pentágono. Tenía por cómplice a George-Antoine Zayek, un ciudadano libanés con quien Taylor ha trabajado desde los años noventa.

La decisión de ejecutar el plan de huida en las cercanías de Año Nuevo tampoco era una casualidad. Ésta suele ser la festividad más larga en el calendario laboral japonés. El funcionariado nipón tampoco es ajeno a los compromisos familiares típicos de estas fechas, una circunstancia ideal para los intereses de Ghosn, cuya residencia en Tokio estaba vigilada por cámara.

El plan de huida se habría urdido durante meses, pero la decisión de ejecutarlo vendría motivada por la noticia de que su segundo juicio se retrasaría al mes de abril de 2021. Esto era una auténtica prueba de estrés para Carlos Ghosn, que en Nochebuena vio a su mujer Carole por segunda vez desde el mes de abril.

El exdirector de Nissan tenía muy pocas opciones de ser declarado inocente. La acusación gana más del 99% de los casos que impulsa y goza de una serie de ventajas procedimentales que situaban a Ghosn en clara inferioridad. Ghosn también sabía que Nissan cooperaría con los tribunales en un esfuerzo por demostrar que la compañía estaba al margen de su conducta.

Carlos Ghosn ofrecerá una rueda de prensa en Beirut este miércoles. Será su primera aparición pública desde su fuga.