Conclusiones de Australia: ¿menos brecha entre primera y segunda división?

A primera vista, una brecha insalvable y abismal, que ha crecido con respecto al pasado año. En 2018 fueron 14 de los 15 clasificados los que acabaron en la vuelta del ganador. Es más, Fernando Alonso fue quinto con el McLaren-Renault a sólo 27''8 del ganador, mientras este domingo Magnussen acabó sexto a 1'27'' de Bottas.

Así que uno puede pensar que la brecha entre los de cabeza y la ‘segunda división’ ha aumentado. Pero luego te das cuenta de que hay una trampa: este año ha sido una carrera sin interrupciones, neutralizaciones o coche de seguridad. El año pasado, por el contrario, justo a media carrera, debió recurrirse primero a un coche de seguridad virtual y después a un coche de seguridad. Todo ello entre los giros 25 y 32, lo que redujo la diferencia de Fernando con la cabeza a sólo 7''8 a falta de 23 vueltas, en las que perdió un segundo por vuelta.

Si profundizas, ves que el progreso efectuado por los equipos de 'segunda división'  –excepto Williams, que está en regresión– ha sido espectacular, aunque todavía sigue siendo muy insuficiente.

Es algo que se ve mejor en la clasificación porque el crono a una vuelta no miente. Y así nos damos cuenta que los de 'segunda división' han arañado entre seis y siete décimas a los de cabeza, pero todavía deberían mejorar el doble –es decir, sobre 1''3– para disputarles las posiciones en la Q3.

Fijándonos en la clasificación, el año pasado el Haas, el mejor de 'segunda división', estaba a 2''023 de la Pole, mientras que este año en 1''340.

Y si nos fijamos en la amplitud de la parrilla, tomando el crono del 18º de parrilla, encontramos que entre el crono de la Pole y el del último de la parrilla la diferencia era de 3''473 el año pasado y es de 2''598 este año. He seleccionado el 18º de parrilla porque este año debemos excluir a los Williams, que son la excepción porque están en regresión, y a Pierre Gasly y a Sergey Sirotkin en 2018, que tuvieron problemas.

Es cierto, es un primer análisis y superficial, pero con estos primeros datos a la vista, parece claro que la brecha entre la cabeza y la segunda división se ha cerrado bastante, más o menos en un tercio, pero aún resulta muy importante, quedan por recuperar los dos tercios. Es decir, las diferencias entre ambos pelotones son todavía muy amplias, demasiado amplias.

Y posiblemente puedan aumentar durante la temporada. Es cierto, todos evolucionarán, pero los tres equipos de cabeza seguro que lo hacen más rápido y posiblemente de forma más amplia, no en vano disponen de mayores recursos… aunque también hay que tener en cuenta que los de más arriba tienen menos margen de mejora.

Hace algunos años Mike Gascoyne, el que fuera director técnico de Benetton y Renault, en los primeros años de presencia de Fernando Alonso en el equipo francés, dijo que pilotar es fácil, que cualquier mortal con entreno suficiente podría acercarse a dos segundos de los mejores, pero que llegado a este punto, no lograría reducir la diferencia.

Más o menos esto podría aplicarse también a los equipos. Los pequeños intentan cerrar el hueco, pero los grandes ganan prácticamente en la misma proporción, de forma que las diferencias apenas se reducen. Y en este caso la diferencia no está en el talento, sino también en los medios con los que cuentan unos y otros.

LOS DATOS