Los Supercargadores de Tesla, de uso ilimitado según la justicia

Y es que para los profesionales del sector, esa carga rápida y gratuita era uno de los grandes alicientes para optar por un Model S o X para el ejercicio de su actividad. Tesla se comprometió a que los Supercargadores fueran siempre gratuitos, pero la maniobra de marketing se convirtió en un problema cuando el uso masivo empezó a incrementar la factura de electricidad, que corría a cuenta de la marca.

Así que decidió prohibir el uso por parte de profesionales de esta infraestructura, para limitar así el aprovechamiento, si bien podría resultarles difícil identificar un vehículo de transporte de uno particular. Pero no sólo para los profesionales se estaba limitando, sino también para los usuarios que la compañía consideraba que hacían un uso excesivo de las instalaciones.

Así que decidieron cerrar la estación de Supercargadores situada en la sede de Amsterdam. Eso provocó el revuelo entre los propietarios de un modelo de la marca, y en concreto de un taxista, que como sus compañeros, recibió un email en el que le prohibían el uso de estas instalaciones, argumentando que la aglomeración de vehículos ponía en riesgo a usuarios, trabajadores y visitantes de la oficina de Tesla.

Un taxista acudió a los tribunales, pidiendo que se devolviera el acceso. Y la justicia le ha dado la razón, obligando a Tesla a no limitar el acceso a la estación de carga, al conocer con antelación que el vehículo adquirido era para el transporte de personas, y haber anunciado que el acceso a estos Supercargadores era gratuito e ilimitado para todos los compradores, sin distinción, algo que vincula a la compañía.

Y es que las campañas del gratis y para siempre, comunes no sólo en Tesla, algún día acaban por dejar de serlo. En este caso, la sentencia dejó claro que Tesla es esclava de sus ofertas, y que no puede limitar lo que se comprometió de manera contractual a que nunca estuviera limitado.