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GP de Singapur F1 2018: Hamilton, en la lentitud y la velocidad

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José Miguel Vinuesa
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18 Sep 2018 - 12:53

Adiós Europa, hola recta final del campeonato en la noche de la ciudad-estado de Singapur, en el décimo aniversario de la llegada de este Gran Premio como puntuable para el Campeonato del Mundo de Fórmula 1. La decimoquinta prueba de una temporada impredecible, y que abría el camino hacia la resolución del campeonato. 

Ferrari llegaba con una noticia de calado: Charles Leclerc era anunciado durante la semana previa como futuro piloto de la Scuderia para 2019, en sustitución de Kimi Räikkönen. El monegasco se convertirá así en el piloto más joven en ser piloto oficial de Ferrari desde Ricardo Rodríguez, cuyo debut fue en el Gran Premio de Italia de 1961. Y además, en el segundo monegasco que defienda el blasón del equipo italiano, dado que Louis Chiron ya fue piloto de la Scuderia Ferrari en los años treinta, si bien entonces era la sección de carreras oficial de Alfa Romeo. Una decisión valiente del equipo, que no deja escapar a un talento enorme, pero que también lo coloca bajo gran presión siendo muy joven. El futuro, sin embargo, en este momento, parece tener el nombre de Leclerc.

Por su parte, Kimi Räikkönen no anunciaba su retirada, sino su fichaje por Sauber. Al finlandés le comunicaron la decisión antes del Gran Premio de Italia, y con eso en mente, se entiende la reacción del finlandés durante todo el fin de semana, y también de sus allegados, como el llanto de su esposa tras la pole position, o el abrazo a esta de uno de sus mayores defensores, el director deportivo Maurizio Arrivabene. Räikkönen volverá así al equipo que le hizo debutar, pero lo hará con un motor Ferrari a la espalda –como entonces- pero también con el diseñador del Ferrari de este año, Simone Resta, que está ahora en las filas del equipo suizo. No parece una muy mala perspectiva.

Precisamente el finlandés estrenaba MGU-H en Singapur, pero sin sanción. Tampoco la tendría Daniel Ricciardo, que no necesitaba cambiar el motor de su Red Bull pese al problema de Monza, y mantenía así la última especificación experimental del Renault, al igual que Verstappen, que estrenaba sin sanción un nuevo MGU-H. La pista, por su parte, se reducía en dos metros, pasando a medir 5.063 metros por una modificación en las curvas 16 y 17. Insignificante. Pirelli ponía a disposición de los equipos los hiperblandos, ultrablandos y el blando, con unas diferencias de rendimiento de entre 0'5 y 0'8 segundos entre los dos primeros, y alrededor de 1,5 segundos entre el segundo y el tercero, lo que dejaba al blando como una opción quizás demasiado dura. En la práctica, esas diferencias casi se doblarían.

ENTRENAMIENTOS LIBRES

La primera sesión de entrenamientos libres en Singapur es quizás una de las más inútiles del año, debido a que se disputa al atardecer, pero con luz natural. Aparte de la suciedad de la pista, las temperaturas nada tiene que ver con el momento de la clasificación y de la carrera. Pero en un circuito urbano, hay que rodar, y todos los pilotos lo hicieron bastante pronto.

Opciones variadas entre los tres equipos de cabeza. Mientras que los Ferrari comenzaban con el hiperblando, Mercedes lo hacía con el ultrablando y Red Bull con los blandos. Ahí empezó a verse que el neumático más hiperblando tenía una duración muy escasa, que el ultrablando era bastante rápido y tenía una buena duración, y que el blando tenía una longevidad hasta excesiva.

Daniel Ricciardo marcó el mejor tiempo mediada la sesión con un 1'41"814, seguido a 0'258 segundos por Hamilton. El neumático blando tenía poca degradación y permitía ser muy constante en las vueltas. Es al que los Mercedes pasaron para el resto de la sesión, valorando la goma para la carrera y siendo el que más había elegido entre los de cabeza. Fueron los únicos que no probaron en toda la sesión el hiperblando, algo que tampoco era relevante en un momento tan primitivo del Gran Premio. Sí que lo hicieron los Red Bull, y ambos se colocaron en la cabeza de la clasificación: Ricciardo con un 1'39"711 seguido de Verstappen con un 1'39"912. Como el año anterior, los monoplazas austríacos marcaban el ritmo y parecían candidatos serios a poner en aprietos a Ferrari y Mercedes.

Los Ferrari se mantuvieron fieles al hiperblando, y ocuparon las siguientes posiciones. Vettel, a sólo 5 milésimas de Verstappen pero a 0'286 segundos de Ricciardo. Más descolgado Räikkönen, a 0'775 del piloto australiano. Los Mercedes estaban excesivamente lejos, e hicieron aflorar los fantasmas del pasado en esta pista. Aunque maquillado por los neumáticos usados, Hamilton era sexto a 1'521 segundos del mejor tiempo, y Bottas octavo a 1'718 segundos.

Delante de cada uno de ellos, los Renault, con Hülkenberg quinto y Sainz séptimo, con un rendimiento muy prometedor. Charles Leclerc estaba noveno, pero acabó la sesión rompiendo la suspensión delantera derecha de su Sauber con el muro interior del puente, camino de la curva 13. Hubo más salidas de pista, incluidas de Hamilton, Bottas o Räikkönen, todas sin consecuencias.

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La segunda sesión era la más importante del fin de semana para preparar tanto clasificación como la carrera. Y se aclararon algunas dudas y se generaron otras. Por un lado, Kimi Räikkönen fue el más rápido de la sesión con un tiempo de 1'38"699 con el neumático hiperblando, que dejó bien claro que su rendimiento óptimo se agotaba a una vuelta, y que su degradación era bastante alta –especialmente en el delantero derecho-, lo que complicaba la estrategia a una parada preferida por todos los equipos.

Por otro lado, que el Mercedes, o mejor dicho, Lewis Hamilton, no estaba en absoluto lejos en velocidad pura: su vuelta fue sólo 0'011 segundos más lenta que la de Räikkönen, lo que parecía mostrar una notable mejora en el rendimiento del Mercedes en esta pista. Y decimos que con Hamilton porque Bottas estaba quinto, pero a 0'669 segundos, superado por ambos Red Bull. Precisamente los Red Bull parecieron desfondarse en velocidad a una vuelta, y quedaron tercero y cuarto, pero superando el medio segundo de desventaja. ¿Y Sebastian Vettel?

Mediada la sesión, cuando estaba en vuelta lanzada para marcar un registro que no mejoraba el de Räikkönen, el alemán impactó con las ruedas derechas en el muro de la penúltima curva. El golpe fue tan fuerte que abortó la vuelta, se encaminó a boxes, y aunque parecía no haber grandes daños, el coche perdía líquidos y tuvo que poner fin a la sesión. Vettel cometía un nuevo error, y eso le dejaba sin la posibilidad de tener un registro de referencia, pero sobre todo de hacer simulaciones de carrera.

Precisamente en ese apartado, los tres equipos de cabeza se centraron en el hiperblando y el ultrablando. Y hubo sorpresas. Así, con el más blando de ambos compuestos, Valtteri Bottas marcaba la pauta, aunque fue quien menos vueltas dio con él. Si no, era Ricciardo el que tenía un ritmo mucho mejor, aunque no muy lejos estaba Hamilton, y tras ellos Verstappen y Räikkönen prácticamente idénticos en la media de sus vueltas. El Mercedes, por lo tanto, era un coche rápido en carrera. Con el ultrablando, que Hamilton no usó para la simulación, la situación era diferente: los Red Bull dominaban en ritmo, ambos muy parejos, con Räikkönen por detrás de ellos pero con bastante distancia, y Bottas verdaderamente descolgado en ritmo de todos ellos. Así, parecía que la pole position sería una batalla entre Ferrari y Mercedes, mientras que en carrera se vaticinaban unos Red Bull con muy poca degradación y un ritmo muy bueno con ambos neumáticos sobre todo al final de las tandas. Los ultrablandos podrían ser la perdición de Mercedes. Y Ferrari con ellos podría ser mejor de lo visto: la mejor vuelta con este juego la marcó Räikkönen justo al final de la simulación.

Ya el sábado, la tercera sesión de libres vio a los Ferrari salir muy pronto. Especialmente Vettel, cuyo monoplaza no había sufrido ningún daño severo que obligase a cambiar ningún elemento mecánico, tenía mucho trabajo por hacer. Curiosamente, ambos pilotos volvieron a probar únicamente el hiperblando, que con cada vez mayor claridad mostraba ser un neumático a una sola vuelta. Sería Sebastian Vettel quien dominaría la sesión, incluso acercándose peligrosamente de nuevo al muro que el viernes le había arruinado el trabajo. Su tiempo de 1'38"054 era la vuelta más rápida dada nunca al trazado del Marina Bay. Ni siquiera Kimi Räikkönen pudo acercarse, y acabó a 0'362 segundos de su compañero.

Mientras Vettel recuperaba parte del tiempo perdido, pero sobre todo la confianza, los Mercedes habían comenzado sus pruebas con el blando. El W09 había mejorado definitivamente su compostura en este trazado en comparación con años anteriores, aunque seguía adoleciendo de dos problemas muy ligeros pero que marcaban la diferencia. Uno era subviraje, algo nada agradable en un circuito urbano, y el otro un tren delantero duro que hacía saltar al coche. Muy ligero, pero lo justo como para que Lewis Hamilton estuviese a 0'504 segundos de Vettel, un mundo que se antojaba irrecuperable, aunque quizás mejorable. Valtteri Bottas sí que enderezaba su actuación, y se acercaba a su compañero, con una diferencia de sólo 0'045 segundos para ser cuarto. A priori, los Mercedes no parecían estar en disposición de luchar por la pole, pero una segunda línea sería todo un alivio comparado con la tercera de 2017.

Esa tercera línea estaba llamada a ser ocupada por los Red Bull, lejísimos a una vuelta. Ambos salieron a rodar tarde, ya mediada la sesión, y sólo al final probaron vueltas de clasificación. Daniel Ricciardo se encaramó al quinto lugar a 1'132 segundos de Vettel, mientras que Verstappen, que se quejaba amargamente de los sonidos de su motor Renault y de su poo rendimiento, era sexto a 1'211. Tras ellos, Romain Grosjean, asomando ya a posiciones delanteras, como los pilotos de Racing Point Force India. Fernando Alonso seguía empeñado en la posibilidad de estar delante, con su décimo lugar. Por su parte, Carlos Sainz, en decimotercer lugar, se dedicó, como su compañero Hülkenberg, a otro tipo de pruebas, aunque dejaron una preocupante falta de velocidad a una vuelta.

CLASIFICACIÓN

Empecemos por lo obvio. En un circuito urbano, la clasificación es muy importante. Pasemos a la matización: en Singapur existen dos rectas que permiten adelantar. Por lo tanto, la clasificación es clave, y permite marcar el ritmo desde el inicio: la pista libre era el gran objetivo, lo que en carrera ayudaría además a cuidar los neumáticos gracias al aire limpio. Con esas premisas comenzó la Q1, en la que Mercedes hizo justo lo contrario que el resto de equipos: montar el neumático ultrablando para pasar a la segunda ronda.

Daniel Ricciardo marcó el mejor tiempo absoluto con un 1'38"153, como era de prever a una sola vuelta. Sebastian Vettel se acercó a 0'065 segundos precisamente en su segunda vuelta con los hiperblandos, lo que dejaba la idea de que aún podían estirarse, pero no lo suficiente como para lograr un gran tiempo. Vettel maquilló así una primera vuelta floja. Kimi sí que lo hizo a la primera y estaba tercero, mientras que Max Verstappen no igualaba la velocidad de su compañero y se quedaba en quinta posición, con Romain Grosjean delante con una gran vuelta en su segundo intento.

Mientras tanto, el tiempo de Lewis Hamilton, 1'39"403, iba cayendo en la tabla clasificatoria mientras los pilotos en lucha por pasar a la segunda ronda mejoraban sus tiempos. Bottas estaba más cómodo, dos décimas mejor que Lewis, que se había quejado de que las ruedas estaban agotadas y era imposible mejorar. El miedo sobrevoló en Mercedes, que por sólo 0'201 segundos no vio caer a su líder, en decimocuarta posición. Habían caído sorprendentemente Magnussen, y con él Hartley, Vandoorne, Sirotkin y Stroll.

Brillante la vuelta de Fernando Alonso, noveno a 0'869 segundos del mejor tiempo de Ricciardo, volviendo a sacar lo máximo y un poco más de un McLaren. Impresionantes también los dos Racing Point Force India, como ya se anunciaba en los terceros libres, con Pérez y Ocon sexto y séptimo, mientras que Carlos Sainz y Nico Hülkenberg también mejoraban en su segundo intento, y ambos Sauber lograban clasificarse.

La Q2 vio el extraño intento de Ferrari de intentar un tiempo con los ultrablandos, en términos estratégicos. Extraño, porque parecía evidente que ese neumático era un riesgo viendo lo que habían podido hacer los Mercedes. De hecho, Kimi Räikkönen fue incapaz de hacer una vuelta buena, la primera vez por un error, la segunda porque el neumático no permitía apretar. Sebastian sí que logró un tiempo de 1'38"854 que sólo le permitía ser décimo, justo en el umbral de la eliminación. El plan no había funcionado y debía revertirse.

Colocado el hiperblando, Kimi Räikkönen marcó el mejor tiempo, un 1'37"194, giro más rápido hasta entonces en el trazado. Como una sombra estaba Max Verstappen, a sólo 0'020 segundos, dando la impresión de que los Red Bull, al menos en sus manos, podían tener una oportunidad de pole: Ricciardo estaba quinto a 0'212 del mejor tiempo. Vettel, por su parte, no hizo una vuelta especialmente redonda, y era sexto a 0'682 segundos de su compañero, pero más que suficiente para acceder a la última sesión. Allí estarían también los Mercedes, esta vez Bottas por delante de Hamilton, tercero a sólo 0'060 segundos de Räikkönen, con Hamilton cuarto.

Carlos Sainz tuvo un mal último intento, y eso le dejó en duodécimo lugar mientras Hülkenberg estaba noveno, casi tres décimas mejor que el español. También cayó eliminado Fernando Alonso, que ya no pudo sacar más de su McLaren, aunque la undécima posición le parecía "buena", al ser el primero de los que podrían elegir estrategia. Una buena clasificación del asturiano. Ni los Sauber –Leclerc tocó el muro con fuerza en su primer intento y no mejoró después- ni Pierre Gasly con el Toro Rosso pudieron colocarse en posición de pasar a la Q3.

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Territorio Ferrari, unos entrenamientos que parecían llevar a una pole casi garantizada de uno de sus pilotos, seguramente Sebastian Vettel. ¿Cómo explicar entonces lo ocurrido? Todo se decidió en el primer intento, con los Mercedes haciendo una vuelta de preparación muy lenta, y sin calentar con mantas térmicas los neumáticos traseros. Los Ferrari pasaron. Y Kimi marcó un tiempo de referencia absolutamente a no tener en cuenta: 1'37"403, tres décimas peor que su tiempo en la segunda ronda. Otros mejoraron su tiempo, pero alguien estaba ejecutando una obra de arte.

Con un coche algo subvirador, algo difícil sobre los pianos, no malo –de hecho excelente-, sólo uno al que había que subyugar, estaba Lewis Hamilton. La pista parecía más ancha de lo que era, los muros dejaron de ser de hormigón y los baches se convirtieron en un tapiz. El arte de pilotar al límite llevado un poco más allá, aplicando el acelerador pronto, frenando tarde, transfiriendo los pesos en zonas críticas como antes del puente de manera soberbia. Poesía. ¿Quién? Obviamente, Lewis Hamilton, uno de los calificadores más tremendos de la historia, más allá del hecho de que se trate de la 79ª pole position de su carrera, récord que sigue creciendo. El tiempo de 1'36"015 fue un grito que pareció anular las habilidades de todos los demás. Ni él mismo, en su segundo intento, pudo ni siquiera mejorar ni uno sólo de sus parciales. Pole position sin paliativos.

Claro que la vuelta de Max Verstappen con el Red Bull, del que tanto se había quejado, no era menos impresionante, pero estaba a 0'319 segundos de Hamilton. Tampoco pudo mejorarla, pero había dejado a más de seis décimas a su compañero, Daniel Ricciardo, que sí pudo mejorar su tiempo en el segundo intento. Primera línea para el holandés, como el año pasado, y con todo el abanico abierto ante sí, al tener un ritmo de carrera muy prometedor, lo que dejaba a Max, además de sorprendido por la posición, confiado y ambicioso para la carrera, algo que a Lewis Hamilton no le hacía mucha gracia.

Con gesto serio, preocupado, en tercera posición, Sebastian Vettel. Su mejor intento fue el primero, pero se quedó a 0'613 segundos de su rival. Desmoralizador, aunque con la ligera excusa de un tráfico más acusado, lo cual estaba en sus manos evitar. Su segundo intento era bueno, venía en pole en el primer sector, absolutamente al máximo, en lo que podría haber sido otra vuelta magnífica, pero hubo un error –otro más-, y la vuelta se evaporó en mitad de la humedad de Singapur. Una tercera posición muy incómoda para Ferrari, agravada por el quinto de Kimi Räikkönen. Valtteri Bottas estaba delante suyo, junto a Vettel, pero 0'687 segundos avergonzado respecto a Lewis, y Ricciardo a su lado, disgustado por no haber sacado algo más.

Tras ellos, Sergio Pérez logró una magnífica séptima plaza, seguido de Romain Grosjean –que sólo realizó un intento-. Esteban Ocon se quedó cerca de doblegar a su compatriota, pero le faltaron 0'045 segundos. Más atrasado, en décima posición, Nico Hülkenberg, sin opción de haber ascendido más. La carrera es siempre el domingo, pero hay golpes morales duros de asimilar, y más cuando hay que remontar una distancia grande. La montaña a ascender por Vettel era un poco más empinada al acabar la clasificación. La carrera se vaticinaba emocionante, con tres monoplazas en disposición de ganar. Variedad. Imprevisibilidad. Una F1 preciosa.

CARRERA

Pese a las previsiones de lluvia, y aunque cayeron algunas gotas por el día, en el momento de disputarse la carrera la pista estaba seca, lo que eliminaba todo atisbo de imprevisibilidad, al contrario que el año anterior. Sin embargo, eso no significaba que la salida no pudiera ser sorprendente, con Max Verstappen de nuevo en primera línea, con mucho que ganar –un Gran Premio- y nada que perder, por lo que Lewis Hamilton tenía un elemento de preocupación debido a las buenas salidas del holandés y a su natural agresividad.

Sin embargo, al apagarse los cinco semáforos, desde la zona sucia el Red Bull no traccionó a la perfección, y Hamilton se dirigió plácidamente hacia el embudo de las primeras curvas. No tuvo que preocuparse ni de Vettel, que sí que había salido bien. Emparejado con Verstappen en un intento de colocarse en segunda posición, tuvo que ceder en el último momento para evitar un toque que complicase todavía más su estado vulnerable de las últimas carreras, y regalase más puntos a Lewis Hamilton. Eso no significaba que no fuese a ser valiente: encarando la recta de Raffles Boulevard, el Ferrari volvió a emparejarse al Red Bull, y completó el adelantamiento al llegar a la curva 7. Vettel ya era segundo, y podía plantearse atacar a Hamilton. Lo había hecho justo a tiempo, porque como en Spa, justo tras el adelantamiento salió el coche de seguridad.

Y es que en la salida, Esteban Ocon había sido muy agresivo. Por el exterior de la tercera curva, que da la salida al embudo inicial, el francés intentaba el ataque sobre su compañero de equipo, Sergio Pérez. El mexicano no iba a ceder, y bastó un leve toque para que el Racing Point Force India de Ocon se viera precipitado hacia el muro, con la consecuencia obvia de un coche destrozado. Había que limpiar los restos, aunque uno de ellos, el aro de una llanta, estaba alojado en el alerón delantero del Williams de Sergey Sirotkin. La carrera estaba abierta. En ese momento, quizás Lewis no las tenía todas consigo: detrás estaba el coche que presumiblemente debía dominar en el Marina Bay. Había que ser muy preciso en el relanzamiento de la carrera y evitar que ni en la recta de meta, ni en la posterior, Vettel estuviese lo bastante cerca como para atacarle. Así que al final de la cuarta vuelta, Lewis retuvo al pelotón muy pronto, pensando cuándo aplastar el acelerador. Lo hizo antes del paso bajo las gradas, y fue el momento perfecto.

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Al paso por meta, Hamilton era líder sin preocupaciones, seguido de Vettel, Verstappen, Bottas, Räikkönen, Ricciardo, Pérez, Grosjean, Alonso, Sainz, Hülkenberg, Gasly, Leclerc, Ericsson, Magnussen, Hartley, Sirotkin, Vandoorne y Stroll. Todo muy estable, las distancias entre los tres primeros muy ajustadas, apenas de poco más de un segundo entre Hamilton y Vettel, y de este con Verstappen. Caían un poco más atrás, aunque no demasiado, Bottas y Räikkönen. En el ambiente, la sensación de que había carrera y en los muros de boxes, el peligro de ser adelantados en las paradas por cualquiera. No sería hasta la vuelta 14, cuando se acercaba el momento de realizar la única parada, que Lewis Hamilton subió el ritmo para despegarse de sus molestos perseguidores. En poco espacio, logró subir la distancia hasta los 2'8 segundos con Vettel, y los 5'5 con Verstappen. En Ferrari no podían dejar pasar la oportunidad de intentarlo, y llamaron a su piloto a boxes en la vuelta 15, y le colocaron el neumático ultrablando.

Obviamente, en la vuelta siguiente Lewis Hamilton se dirigió a los boxes, pero le colocaron los blandos, que habían estado probando intensamente todo el fin de semana. No hubo sorpresa, y Hamilton salió holgadamente por delante de Vettel. Esa jugada estaba cubierta y con creces, más aún porque Vettel se encontró con Pérez por delante. Pero faltaba la de Max Verstappen, líder de la carrera y muy rápido en ese momento. En la vuelta 17 se detuvo Valtteri Bottas, evitando así un ataque de Räikkönen, y también le pusieron los blandos. Mientras tanto, Vettel volvió a ser agresivo y adelantó a Pérez, pero Lewis ya estaba lejos. El tiempo perdido no era tan preocupante con Lewis sino con Verstappen. Y es que Max Verstappen había intentado doblegar a los dos, pero su ritmo había caído. Aún tenía opción de superar a Vettel, así que en la vuelta 18 entró a los boxes, colocando los blandos. Cuando aceleró tras dejar el carril de boxes, Vettel estaba en su lado derecho. El alemán lo intentó de nuevo, a punto de tocarse en la tercera curva. Pero esta vez, Verstappen aguantó ahí, y en la siguiente recta. Todo volvía al orden de la salida.

Kimi Räikkönen aguantó hasta la vuelta 23, también colocando los blandos, y tras algunas gotas de lluvia muy ligera, Daniel Ricciardo, líder de carrera hasta entonces, cambió sus neumáticos en la vuelta 27, optando por los ultrablandos. Ordenada la clasificación, Hamilton tenía 4'8 segundos sobre Verstappen y 6'9 sobre Vettel. Ahora sólo se trataba de controlar la carrera. Vettel era incapaz, con neumáticos teóricamente más rápidos, de poner en problemas a Verstappen, muy sólido en segunda posición. La carrera, una procesión nocturna que sólo se vio animada por dos momentos. El primero, por la lucha entre Pérez y Sirotkin que se encendió demasiado, y el mexicano trató de cerrar al ruso en un intento de adelantamiento, lo que provocó un choque que los comisarios castigarían con un 'drive through' para el mexicano. Poco después, los doblados empezaron a causar problemas a un timorato Hamilton, que veía unas peleas por delante en las que no iba a inmiscuirse mientras esperaba que las banderas azules fueran cumplidas. Eso propició que Verstappen se acercase, e incluso Vettel. Hasta tal punto, que Max amagó un adelantamiento en la recta hacia la curva 9, que fue rápidamente bloqueado por Lewis. Y se acabó.

Podríamos añadir la ilusoria lucha entre Bottas, Räikkönen y Ricciardo por el cuarto lugar, pero era obvio que el Ferrari no podía acercarse a menos de un segundo del Mercedes, y que Ricciardo tampoco podía hacer nada para superar a Räikkönen. Las vueltas pasaban y los neumáticos empezaron a agotarse, en una carrera que se convirtió en el arte de conservarlos hasta el final, a fin de evitar la nada deseable segunda parada en boxes. Así que Hamilton y Verstappen aguantaban con cierta dignidad, su distancia fija alrededor de los cuatro segundos hasta que cayó un poco más al final, mientras Vettel, con el ultrablando, se desplomaba lenta e irremediablemente en los tiempos, pero tampoco podía ser puesto en dificultades por Bottas.

Y así, Lewis Hamilton logró su 69ª victoria, la séptima del año. Con rotundidad, en un fin de semana perfecto para él, trabajado y también inspirado. Todo salió perfecto en la carrera a la que Mercedes, al menos desde fuera, le tenía más miedo. Pero el Mercedes W09 es un monoplaza de una brillantez insuperable en las manos de Lewis Hamilton, que así ampliaba a 40 puntos su ventaja sobre Sebastian Vettel. A falta de seis Grandes Premios, o lo que es lo mismo, 150 puntos en juego, la balanza del pentacampeonato está bastante inclinada hacia el lado de Lewis, que puede permitirse casi hasta dos abandonos, y en el peor de los casos estar a sólo 10 puntos de Vettel. Esa es la realidad de un campeonato que empieza a definirse, como en 2017, tras el parón veraniego.

Max Verstappen llegó segundo, culminando también un fin de semana espectacular. Nadie esperaba a los Red Bull en clasificación, pero realizó una vuelta impresionante que le permitió estar en disposición de vencer, confiando en su ritmo de carrera. Pero no iba a ser el caso, con un Lewis tan rutilante. Eso no empaña el gran trabajo de Max, que superó ampliamente a su compañero de equipo, y que supo luchar con Vettel con su habitual arrojo. Tras el parón veraniego está siendo muy regular, muy rápido y sin cometer errores.

Encerrado en su propia noche estaba Sebastian Vettel, con un lenguaje corporal de derrota que se transmitía también al equipo. No, ni Vettel ni Ferrari se van a rendir mientras haya esperanza y posibilidades matemáticas, porque tienen un coche para luchar por ello, pero el mazazo recibido en el que debería haber sido un trazado muy favorable pesa. Pesa tanto como los puntos perdidos por errores del piloto y del equipo. Llevamos mucho tiempo diciendo ya que Vettel no puede fallar. Ahora más todavía. Necesita ganar todas las carreras que faltan, no puede haber un problema de fiabilidad. No está perdido, pero en el aire flota un aroma de derrota que empieza a escocer en la formación italiana, que ve además a Mercedes escaparse a 37 puntos en la tabla de constructores.

Cuarto fue Valtteri Bottas, un resultado bastante positivo en un fin de semana gris del finlandés, que sufrió más con las incomodidades del Mercedes. Aun así, mantuvo a raya toda la carrera a Kimi Räikkönen, cuyo quinto puesto es pobre, pero difícilmente se le podía pedir más en una carrera tan ordenada. Porque Daniel Ricciardo llegó sexto, y eso significó que el mismo orden que hubo en la parrilla de salida, hubo en meta entre los seis primeros. Como curiosidad, el australiano ya no puede ser campeón del mundo de manera matemática, aunque pronto llegarán otros a esa situación.

Gran carrera de Fernando Alonso, que subió del undécimo al séptimo lugar, gracias sobre todo a una gran salida que le permitió moverse en esa posición durante la carrera. Y cuando a un piloto como Alonso se le da una oportunidad, la maximiza y la aprovecha hasta sus últimas consecuencias. Siempre se le ha dado bien Singapur, pero con un McLaren como el que maneja no eran de esperar grandes hazañas. La hizo, una pequeña victoria la de ser el mejor del resto, mientras Vandoorne –que tampoco tuvo un mal Gran Premio- estaba en duodécima posición en meta.

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Tras Alonso, aunque primero de los doblados, llegó en octava posición Carlos Sainz. Lo mismo debería decirse del español, que jugó con mucha inteligencia sus cartas y rubricó una posición que, desde la duodécima posición en parrilla, se antojaba muy complicado conseguir. No sólo eso, sino que superó a su compañero de equipo, que se mantuvo en la décima posición en meta tal y como había comenzado. Eso es positivo para Sainz, en un año en el que el alemán le ha superado de manera regular. Además, Renault se afianza en la cuarta posición de la clasificación, en parte por la debacle de Haas en esta carrera.

La novena posición fue para Charles Leclerc, que también actuó con inteligencia durante la carrera, evitó problemas en los que otros se metieron, y volvió a sumar puntos, algo que ya no es una novedad. Y lo hizo tras un inicio de fin de semana descorazonador por su error. El monegasco es un valor que seguramente en Sauber echarán mucho de menos en 2019. Fuera de los puntos estuvo su compañero de equipo, que no hizo tampoco una mala carrera, pero que no llegó a puntuar. Las horas de Ericsson en la F1 parecen contadas, y eso que este año ha sido más positivo para él.

Pierre Gasly fue decimotercero, Lance Stroll ascendió hasta el decimocuarto, y Romain Grosjean arruinó lo que podría –y debería- haber sido una carrera positiva desde el octavo lugar para acabar decimoquinto, y sancionado por ignorar banderas azules. Lo mismo puede decirse del decimosexto, Sergio Pérez, que sacó su peor versión, con dos toques –el segundo claramente evitable- y que por ello navegó en posiciones retrasadas. Brendon Hartley terminó decimoséptimo, sin nada destacable. No despega el neozelandés, pese a su innegable talento. Otro con un mal fin de semana fue Kevin Magnussen, decimoctavo, con una mala clasificación y una pobre carrera, aunque con la relativa alegría de marcar su primera vuelta rápida –y la de Haas-, con el 1'41"905 que marcó en la vuelta 50. Si observamos, la siguiente vuelta más rápida fue de Hamilton, a un segundo de diferencia, lo que da idea de cómo se desarrolló el Gran Premio. Cerró la clasificación en decimonovena posición, a dos vueltas, Sergey Sirotkin.

Singapur volvió a dejar un Gran Premio anodino, netamente el peor del año, con mucha estabilidad. Sólo la belleza del entorno y la peculiaridad de ser nocturna salvan esta carrera durante los años. Y el dinero, claro. Pero independientemente de ello, vuelve a marcar el cambio de ritmo en el campeonato. Si el año pasado, Lewis Hamilton salía de aquí con 28 puntos de ventaja, ahora lo hace con 40. Sólo Hamilton puede perderlo. Y no está en un estado de forma ni mental como para ello. Porque la suerte no se iguala. No existe. Y la veta de la victoria lleva mucho tiempo siendo trabajada por Lewis Hamilton.  

10 comentarios
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19 Sep 2018 - 05:18
Disfruté leyendo tu trabajo... Gracias...
HAMILTONESLAF1
18 Sep 2018 - 22:43
#8 Buena lectura JMV como de costumbre, el único periodista que NO basa su trabajo en decir 'vettel co ... Ver comentario
falta poco para que dejes de sufrir. Solo tenes que esperar a Austin. No falta tanto
18 Sep 2018 - 19:09
Buena lectura JMV como de costumbre, el único periodista que NO basa su trabajo en decir "vettel con un coche superior" jajjaa superior sí cómo no.. no hay problema en asumir los errores que ha tenido el alemán, pero de ahí a creerse que sea un coche dominante el q lleva es una idiotez, carne de cañón concientemente puesta para seguir practicandole la inquisicion al alemán de ferrari por casi todos los medios españoles que he leído, al menos de los más lobatomizados, .. sus motivos tendrán imagino.. bueno, más que imagino jeje, saludos.
18 Sep 2018 - 18:46
Hamilton es a dia de hoy el mejor piloto de la F1 y creo que Ferrari debe ficharlo si quieren ganar porque es el mejor en agua a una vuelta y en el cuepo a cuerpo no tiene rival.... AHORA NO HAY NADIE QUE LO FRENE.
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18 Sep 2018 - 17:33
#1 Soymotor, como volváis a preguntarme más si acepto las cookies me voy de aquí. Basta ya! Todos lo ... Ver comentario
yo directamente no entraré más aquí como sigan así, además que la mayoría de las veces tarda en cargar una eternidad la página.
18 Sep 2018 - 15:53
Pero que bien escrito José !
18 Sep 2018 - 14:01
Excelente... Esta vez la sacaste del Parque con este articulo...
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18 Sep 2018 - 13:26
Sobre la nota, decir que el error de base en su momento fué fichar a Vettel en vez de fichar a Riccardo... . * y más estando presente semejante paliza y humillación a la que fué sometido el alemán.
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18 Sep 2018 - 13:22
Como es la peña, hasta le ponen pegas a las galletas gratis... . PD: a ve si alguien me explica como va el captcha de los semáforos... que aunque los marque correctamente no lo valida...
18 Sep 2018 - 13:06
Soymotor, como volváis a preguntarme más si acepto las cookies me voy de aquí. Basta ya! Todos los días igual, todos los días tengo que recharzalo todo.
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F1

Vasseur pasa de la opinión de Binotto sobre el fichaje de Hamilton

El jefe de equipo de Ferrari, Frédéric Vasseur, no ha querido prestar atención a la opinión de Mattia Binotto acerca del fichaje de Lewis Hamilton. El francés está feliz de que tanta gente se haya pronunciado acerca de la decisión de la Scuderia, pero él no tiene tiempo para pensar en el resto, sino que se centra en su trabajo.

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13 Dic 2024 - 11:50