Un Shelby Cobra de 1965 atacado por un oso

Tom Cotter, de Hagerty, quien presenta una serie de vídeos de hallazgos de coches para restaurar llamada ‘Barn Find Hunter’, tuvo la experiencia durante un viaje de varios días por Alaska. Cotter pasó la noche en Girdwood, Alaska, y accidentalmente dejó un paquete de galletas detrás de los asientos.

Por la mañana, Cotter recibió una llamada en la que le pedían que fuese al estacionamiento de inmediato. Cuando llegó, encontró la tapa convertible del Cobra abierta, algunas abolladuras en el guardabarros y algunas huellas de barro que identificaban al culpable: un oso había abierto como una lata el Cobra en busca de comida.

"La parte superior del automóvil había sobrevivido indemne 53 años, pero no pudo hacerlo 11 días en Alaska", dijo Tom. Cotter normalmente deja el coche sin capota. Sin embargo, los trabajadores en Whittier le pidieron que lo subiera para conducir a través de un túnel ferroviario activo porque a veces caen piedras desde el techo. Ese fue el principio del fin.

"Los trabajadores detuvieron el tráfico ferroviario para dejarnos pasar, pero cuando vieron que todos manejábamos convertibles, insistieron en que pusiéramos nuestras capotas", dijo Cotter. El oso ladrón olió unas deliciosas galletas, y un frágil techo de lona no fue impedimento para lograrlas. No le importó que fuese un coche clásico de gran valor. Ahora toca restaurarlo.

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