Spice-X Concept: un 'mini-LMP' eléctrico para disfrutar en circuito

Ahora en Italia, el diseñador Fabrizio Pepe ha recuperado el nombre para su primer proyecto, el Spice-X. El aspecto de este todavía 'concept' es el de un prototipo de Le Mans, pero llama la atención desde el primer momento por sus contenidísimas dimensiones –3,80 metros de longitud por sólo 1,69 de anchura– y por ser monoplaza.

Este vehículo busca el mercado emergente de los coches para 'track days', es decir de modelos de altas prestaciones destinados a ser disfrutados únicamente en circuito. Y en solitario, si me apuran, porque no responde a las normas imperantes en las diversas categorías de competición.

Pepe busca un mercado reservado por el momento a personas apasionadas por el automovilismo pero que no desean competir. Un filón hasta ahora reservado a los pocos afortunados a los que las marcas más deportivas y lujosas ofrecían versiones radicalizadas de sus coches más potentes a precios que la mayor parte de las veces superan los seis dígitos.

El Spice-X quiere 'democratizar' un tanto este segmento. Su coche valdrá menos, mucho menos: sólo 150.000 euros. Es cierto que es una cifra muy alta, pero también que existe un público potencialmente capaz de ofrecerse este juguete.

El Spice-X es eléctrico y tiene un motor de 300 caballos. Puede parecer una potencia exigua, pero más que suficiente si tenemos en cuenta que su peso no debe superar los 600 kilos. Muchos se preguntarán como es posible dado el peso no del motor –los motores eléctricos son muy ligeros–, sino de las baterías. Pepe no sólo logra bajar el peso con el empleo de los materiales adecuados, sino también gracias a las contenidas dimensiones del vehículo: eliminar centímetros es rebajar peso.

Las sensaciones están garantizadas. Pepe afirma que el coche podrá acelerar de 0 a 100 en 3,8 segundos, lo suficiente como para que el conductor note una fuerza que le 'empotre' en el respaldo del asiento. La velocidad máxima también promete ser elevada, no ya porque el Cx pueda ser muy favorable sino por su reducida sección frontal.

Algunos se preguntarán la razón de la propulsión eléctrica. Es simple: aunque el precio de las baterías puede ser elevado y la autonomía escasa –pongamos de 100 a 120 kilómetros en el mejor de los casos–, es suficiente para un amateur. Los costes de mantenimiento del motor son mínimos, por no decir prácticamente nulos. Un quebradero de cabeza menos para su propietario. Además, los circuitos comienzan a dotarse de puntos de recarga rápida como un servicio más, por lo que habría tiempo entre tanda y tanda para efectuar una recarga.

El concept llama la atención por su aparente estudio aerodinámico, digno de un sofisticado LMP1, pero también por el hecho de que podría pedirse con techo fijo o con un techo y cúpula extraíbles, al estilo 'hard-top'.

¿Lo veremos en realidad? Difícil es decirlo. Pero tiene puntos interesantes que le hacen acreedor de una oportunidad.

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