Historia del BMW M1: 40 años de un icono nacido para correr

¿Se imaginan a buena parte de los pilotos de la parrilla de Fórmula 1 compitiendo en el mismo fin de semana de Gran Premio pero a los mandos de un GT deportivo?  No es una utopía, sino algo que sucedió entre 1979 y 1980 cuando, antes de cada Gran Premio, Niki Lauda, Nelson Piquet, Didier Pironi, Alan Jones, Jacques Lafitte, Hans J. Stuck y otros se medían al volante de los potentes –para la época– BMW M1. El coupé que la marca bávara presentó a finales de 1978, es decir, hace ahora 40 años, y sirvió para caldear el ambiente antes de la gran cita con parrillas que acogieron a especialistas en turismos y GT como Helmutk Kelleners, Toine Hezemans, etc.

Para escenificar el retorno a la categoría de los grandes deportivos que representaba el M1, más allá del elegante y refinado coupé de Serie 6 –catalogado como turismo–, y quizás también como bandera del lanzamiento de los famoso BMW 'M', la marca bávara puso en marcha la Serie Procar, donde buena parte de los pilotos de Fórmula 1 junto a otros especialistas compitieron al volante de sendos BMW M1. Algunos de estos coches fueron convenientemente preparados por Ron Dennis a través de su sociedad Projet Four, la misma con la que en 1980 compró el equipo McLaren de F1. Tal vez por ello el McLaren F1 GT llevó muchos años después un motor BMW , y tal vez también fue la clave para la entrada de BMW y su motor turbo en Fórmula 1 con el equipo Brabham, propiedad de Bernie Ecclestone, quién también era responsable de la FOCA, la asociación de constructores de Fórmula 1.

El BMW M1 se presentó en el Salón de París de 1978 como el primer modelo de BMW Motorsports, un espectacular coupé de dos plazas y motor central de 6 cilindros con 277 caballos. Era relativamente compacto con unas dimensiones de 4,36 metros de ancho, 1,82 de ancho, y 1,14 de alto, y pesaba 1.300 kilos. Alcanzaba 260 kilómetros/hora en uno tiempo en los que llegar a 250 era algo inusual y, con él, BMW pudo presumir de ofrecer el deportivo alemán más veloz.

El M1 causó tal revuelo tras su presentación que la demanda superó a la oferta y antes aún de iniciar su comercialización, los pedidos ya sobrepasaban las previsiones.

A este 'amor a primera vista' contribuyó el elegante y limpio diseño de Giorgio Giugiaro, basado en le concept con puertas alas de gaviota que Paul Bracq, diseñador de BMW, había realizado en 1972 y que usaba un motor turbo. Inicialmente el coche debía ser producido por Lamborghini, Pero la firma italiana estaba en aquellos momentos en tremendas dificultades y fue la casa madre la que debió asumir la producción de los 456 ejemplares 'de calle' que se comercializaron.

Las versiones 'de carreras' fueron fabricadas aparte. Las empleadas en la serie Procar tenían 490 caballos y se fabricaron una veintena, pero también hubo una variante GT de competición no sólo usada en circuito, sino también en rallies de asfalto. Concretamente, Bernard Béguin llevó uno de ellos en el Tour de Corse y otras pruebas francesas, pero su tamaño era excesivo –pese a que era relativamente corto– para que resultara realmente competitivo y en 15 apariciones sólo pudo ganar tres veces.

No obstante, el M1 más conocido fue el 'art car' decorado por Andy Warhol que compitió en las 24 Horas de Le Mans de 1979, cuando los coches más competitivos de la carrera eran los Grupo 5, derivados de coches de serie. Aquel BMW 'Silueta', con su motor 6 cilindros con turbo llegaba a dar 900 caballos, lo que le permitió acabar en sexta posición. Una edición de Le Mans en la que Paul Newmann fue segundo; en cierta forma, un 'año del arte' en Le Mans.

Hace una década, para conmemorar los 30 años del modelo, BMW presentó un espectacular BMW M1 Hommage, del que se rumoreó podría hacerse una corta serie, quizás con el motor 5.0 V12, pero que finalmente no se materializó... aunque fue posiblemente el precursor del actual BMW i8 y en 2016, como sucedió en 2008, se realizó una competición conmemorativa de serie Procar, esta vez en el Red Bull Ring.

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