"Yo os gestiono la Fórmula 1 y me llevo un tercio de los beneficios"

Ecclestone aterrizó en 1972 como propietario del equipo Brabham. En 1974 impulsó la fundación de la Asociación de Constructores (FOCA) y con ella dio el salto a la vida política. Fue nombrado su director ejecutivo y al poco empezó a negociar los contratos televisivos del deporte. El resto es historia. 

Bernie explica que el deporte estaba mal gestionado antes de su llegada. Cuando cogió el timón su prioridad fue explotar todo el potencial hasta entonces durmiente para hacer crecer la categoría. Sacó una buena tajada en el proceso.

"Pensábamos que nos estaban timando y que teníamos que hacer algo", se sincera. "No hay que olvidar que en aquellos días, incluso con la gente de Ferrari, si tenían que estar en una carrera para sumar puntos para el Campeonato el promotor les pagaba menos dinero. Se aprovechaban, era obvio".

"Yo les dije: 'poned el dinero y yo gestionaré todo el negocio, y me quedaré con una tercera parte de los beneficios'. Colin Chapman me dijo: 'nosotros sólo queremos correr, no queremos lidiar con los negocios'".

Ecclestone considera que en el fondo sus coetáneos se sintieron aliviados al ver que su deporte pasaba a estar liderado por alguien capaz de multiplicar su valor.

"(Esos equipos) nunca tuvieron un negocio, eso es lo primero. Como dice Max, aunque vayas muchas veces a un restaurante tú no eres el dueño. Es así de simple. Creo que al final todos estaban contentos con lo que pasó. Se hizo mucho mejor que antes".

Bernie explica que su instinto empresarial es innato, pues ni su padre ni su madre poseían esa actitud. "Era una necesidad", dice. "Si quería algo, tenía que hacer algo para conseguirlo". Con esa actitud compró Brabham porque "surgió la oportunidad y el equipo estaba a la venta", y con esa actitud lideró la Fórmula 1 hasta lo que es a día de hoy.