La demostración de Laia Sanz mientras estuvo en carrera no puede pasarse por alto

Personalmente, tengo la sensación de todo lo contrario. La actuación de Laia en este Dakar ha sido toda una positiva, muy positiva, demostración. Estoy convencido de que el corto tiempo en carrera que estuvo no pasó desapercibido para quienes viven el Dakar y toman decisiones de forma profesional.

Las cosas no son blanco o negro. Entre ambas posturas hay toda una serie de matices en gris. Y para Laia ese matiz no es oscuro, sino claro, muy clarito, muy cerca del blanco, pese a que su racha de acabar 14 Dakar consecutivos se quebró y no llegó al décimo quinto.

Si Laia dejó el Dakar antes de tiempo no fue por decisión suya, sino de la FIA. Un vuelco, cegada por el polvo de De Villiers, unas volteretas y un arco de seguridad dañado… una ‘torcedura’ de dos milímetros que Loeb y Sainz –que sufrieron más adelante el mismo incidente– calificaron como causa inaceptable para provocar la exclusión.

Laia fue la más rápida de los 4x2 en el prólogo con notable diferencia. Todo ello sin haber podido apenas probar el coche en el shakedown y sin haberse subido a un coche de competición desde hacía meses. Tuvo que recuperar todo lo almacenado en su memoria sobre el Dakar del pasado año, con el mismo coche. Desde ese momento, muchos pensaron que el sueño de la catalana, de luchar por la victoria en dos ruedas motrices y estar de nuevo en los ‘top 15’, no era gratuito, sino un objetivo bien real.

Lo volvió a demostrar durante más de 360 kilómetros de los poco más de 400 de la primera etapa. Hasta entonces había estado metida durante muchos kilómetros en el ‘top 20’ absoluto, fue líder de la categoría más de media etapa y sólo Simon Vitse logró colocarse a su altura y superarla por unos segundos en la parte final del recorrido.

Eso cuenta. Y también el trabajo hecho por ella y Maurizio Gerini –‘Geri’ para los amigos– poniendo de nuevo en marcha el coche para llegar al final de la etapa tras más de dos horas de reparación.

El abandono seguro le habrá contrariado. ¡Mucho! La piloto catalana había conseguido, tras mucho esfuerzo, las mejores condiciones que haya tenido nunca para afrontar el Dakar en coches. Gracias a sus patrocinadores, pero también a Mathieu Serradori, el ‘patrón’ del equipo.

Serradori quedó convencido de las posibilidades de Laia el pasado año y le ofreció unas condiciones ajustadas al presupuesto. Seguro que ha quedado todavía más convencido pese al contratiempo.

Seguro que ahora Laia ya trabaja para el año próximo, y Serradori debe tener en mente la forma en la que puede ofrecerle a Laia las mejores condiciones.

Lo dicho: el abandono es un ‘daño colateral’. Lo importante es lo que demostró Laia mientras estuvo en carrera. ¡Nos vemos en 2026, seguro!