Dakar desde dentro: la carrera que puedes correr contra Sainz, Roma, Loeb y cientos de 'locos del desierto'

Nuestra llegada al Dakar se produce en la etapa 6 y, como es sabido, ya ha habido, si no una escabechina, una selección típicamente dakariana: la segunda etapa fue por primera vez en la historia del Dakar la doble de 48 horas sin asistencia intermedia, y cayó Carlos Sainz, descalificado al terminar la misma por un vuelco ‘tonto’ que dañó la jaula de seguridad y Sebastian Loeb, por un vuelco más duro con las mismas consecuencias; mientras Cristina Gutiérrez y Nani Roma se veían relegados al papel de ‘mochileros’ de Dacia y Ford por por sendas averías. Antes incluso, el primer día, decía adiós una incrédula Laia Sanz, quien nunca, tras quince Dakares, había abandonado. Entonces, ¿quién era el mejor español el día de descanso tras la sexta? ¡Un cocinero! ¡Y en su debut en el Dakar!

EL MEJOR ESPAÑOL… ¡UN CHEF!

Nandu Jubany es el ejemplo de la magia del Dakar. Posee un restaurante con estrella Michelin, pero de niño, como muchos de nosotros, miraba y remiraba el Dakar con toda la ilusión hasta que un día quiso hacerla realidad. Y allí que se fue al Dakar 2018 –Perú–, de la forma más accesible –en moto– a vivir la aventura, y, claro, le enganchó. Este 2025 es su segunda participación, primera en coches, y ocupa la plaza 29, pero podría llegar al TOP 20, y también podría no acabar. Lo que realmente le importa es llegar… y habrá terminado mejor que muchos de sus ídolos con un coche ‘normalito’ respecto a los modelos oficiales de la categoría T1+. Mientras los pilotos de esa clase dedican su año a preparar la carrera y están en Arabia antes del 31 de diciembre, Nandu estaba ese día en su restaurante haciendo menús de Nochevieja –más de 1.500, ojo– porque lo primero es lo primero.

DE COMPETIR CON UN PANDA… A UN PORSCHE GANADOR DEL DAKAR

Su caso sorprende tanto como el de Juan Romera, que lleva lo que una periodista americana señaló como ‘el coche más cool de la carrera’. Para mí también lo es: un Porsche 959 réplica del que ganó en 1986. Desde la creación en 2021 de la categoría Dakar Classic, esto se está llenando de locos que quieren correr con coches ‘de antaño’. El español corre con ¡su mujer! Lidia Ruba, y empezaron en 2022 con un Fiat Panda. En esa categoría pudimos ver cuatro, no uno, sino cuatro Audi Quattro de un preparador holandés, y los pilotan cuatro amigos ya entraditos en años. Hay equipos que tienen estructuras para preparar coches ‘clásicos’ como Toyota, Mitsubishi o Nissan, y los alquilan a quienes quieran correr la prueba. ¿Cuánto cuesta la aventura? Pues… tendremos que mirarlo en Google pero seguro que más de 100.000 euros. Si no nos llega para estas estructuras, podemos montar una propia: hay dos chicas corriendo en un 2CV y otros pirados con un Peugeot 504 clásico, por no hablar de un Peugeot 205 ‘normal’ que vimos en el vivac, similar a los que están criando malvas en los desguaces hace años.

LO DE LAS MOTOS, DE LOCOS

En motos, que no tratamos mucho en SoyMotor porque ya hay quien habla mucho y bien sobre ellas, están las categorías oficiales, con potentísimos equipos como los de Honda y KTM. Pero también puedes llevar tu moto preparada y, en la categoría Motul, ir sin mecánico ni asistencia: la organización transporta tu propia caja de herramientas y después de cada etapa y antes de dormir en una tiendecita de campaña al raso pues ¡qué mejor que darle un repasillo! He visto a estos tipos sentarse al lado de la moto después de llegar entre los últimos en la etapa y ponerse a la faena. En la jornada de descanso, eso sí, estaban durmiendo hasta el mediodía… los que no tenían averías.

Y LLEGA EL DESIERTO

Vamos a sumar a toda esta coctelera lo que es una carrera en el desierto:, que no es ir de A a B de la manera más rápida posible ¡qué va! Existen los puntos de paso –‘waypoints’– hay que pasarlos siempre porque cualquier pérdida de un punto de paso penaliza, y de hecho Nani Roma chocó contra otro competidor cuando ambos buscaban uno. Después están las dunas, traicioneras por partida doble: primero porque te puedes quedar encallado y segundo porque no sabes lo que hay después de coronar una duna: puede ser un revolcón a lo Fernando Alonso en 2020 o algo que te obligue a retirarte, como Sainz este años. Después, las temperaturas:  y no por el calor –enero es el mes más frío en Arabia– sino por el frío. En la etapa de 48 horas todos los pilotos duermen en tiendas al raso, y si no fue una de las noches más frías en el desierto… casi. Pocos llevan ‘motorhome’; la mayoría, tiendecitas, las mismas que llevan mecánicos, prensa… y también algunos VIPs invitados a la carrera, donde nos incluimos. Aunque nuestra tienda ‘glamping’ sí tenía un colchón y hasta ¡un calefactor!, aun así pasamos frío. No me imagino dormir en un colchoncito sobre el suelo por mucho saco de dormir que tengas –algunos se pusieron dos, y ni aún así–.

LA AVENTURA DE TU VIDA ¿PODRÍAS HACERLA?

Pero esa es la aventura: compartir día, recorrido y comedor con Sainz, con Loeb, con el mítico Nasser Al-Attiyah, con el Nani Roma, con millonarios que tienen el capricho de correr el Dakar, con el que ha venido con su caravana, su moto y se ha hipotecado para hacer el Dakar, con el mecánico enganchado al desierto que año tras año termina en un equipo u otro, con el preparador que, en lugar de una pieza, compra un camión entero para poder reparar otro, con un piloto como Isidre Esteve que, tras tener una paraplejia por accidente en su motor de raid 2007, sigue corriendo en coches al máximo nivel, como Carlos Sainz, que quizá pensaba que, tras su carrera en rallyes estaba todo dicho y lleva casi 20 años enganchado al Dakar con cuatro victorias, como Cristina Gutiérrez, que empeñó como amateur los ahorros de su clínica dental año tras año y ahora comparte equipo con un nueve veces campeón del mundo de rallyes como Loeb. ¿Seguimos? Nos encantaría, pero es hora de volver a casa y dejar a estos locos, a los que aún les queda medio Dakar, que disfruten de la carrera. Y ya sabéis: c’est le Dakar, monsieur, una carrera que tú también puedes correr contra Sainz, Roma, Loeb y cientos de ‘locos del Desierto’… e incluso ganarles en la clasificación.