¿Por fin un buen eléctrico barato? Probamos el Leapmotor T03: 12.000 euros, tamaño urbano y un diseño inspirado en Smart

Leapmotor es una realidad en España de la mano de Stellantis. La marca china debuta en nuestro mercado con el T03 –además de con el C10–, un coche urbano eléctrico que no tiene más pretensiones que la de ofrecer una movilidad sin emisiones lo más económica posible. Lógicamente tiene limitaciones, no pretende otra cosa, pero son menos que su gran y claro rival, el Dacia Spring.

TODO LO ESPACIOSO QUE PUEDE LLEGAR A SER UN SEGMENTO A

Verlo en directo choca. Es, básicamente, una especie de caja con ruedas. Y no lo entendamos como algo peyorativo, sino como que se ha hecho un diseño pensado para sacar el máximo espacio posible en el habitáculo de un coche que mide 3,62 metros de largo, 1,58 de ancho sin incluir los retrovisores y 1,65 de alto.

Estéticamente es simpático, te genera esa misma sensación que producen aquellas personas que siempre sonríen. No, no nos hemos vuelto locos. Su frontal provoca esto porque se ha concebido con unas formas que la propia marca define como 'frente curvado sonriente'. Justo debajo del anagrama de la marca, donde está la toma de carga, hay una línea ligeramente curvada que bien puede ser su boca. Las ópticas redondeadas y los bordes de la carrocería suavizados hacen el resto. La trasera sigue la misma línea, tan sólo interrumpida por una franja de color negro que une los faros en cuyo centro se puede leer bien grande el nombre de la marca. Las llantas, por su parte, son de 15 pulgadas.

El interior tiene más luces que sombras, especialmente en cuanto al espacio disponible. Lógicamente la parte delantera se siente estrecha, pero sin unos agobios que serían incluso lógicos en un coche así. La única pega clara que le hemos encontrado es que la pantalla, situada en una posición más baja de lo deseable –consultarla requiere quitar la vista de la carretera más de la cuenta–, golpea en la rodilla del acompañante si éste flexiona las piernas. Además, desde el puesto del conductor la parte izquierda de la misma queda tapada por el volante si no se mueve la cabeza. Por lo demás, los asientos, reposacabezas integrados incluidos, son cómodos a pesar de su corta banqueta y la visibilidad que se consigue es buena. Quizá hubiese sobrado la tira de negro piano presente en el salpicadero de donde salen las salidas de aire, pero la queja respecto a este material no es ni mucho menos exclusiva de este modelo. Es curioso que las marcas insistan con él cuando a poca gente le convence.

El espacio en la zona trasera también es destacable. Adultos de hasta 1,85 metros viajan razonablemente bien incluso con los asientos delanteros colocados en la posición que deben. De la luminosidad del habitáculo se encarga un techo solar de 42 pulgadas que, eso sí, no es practicable.

Como decíamos la pantalla central es, seguramente, el gran lunar del interior del T03. Y no sólo por su situación, sino porque tanto su funcionamiento como su resolución están claramente por debajo de la media. Y también le afectan los reflejos más de la cuenta. Carece además de compatibilidad con Apple CarPlay o Android Auto, algo que sucede en más coches chinos y que esperamos que se solucione en un futuro, ya que el navegador incluido es mediocre. Por su parte, el cuadro de mandos es también digital, de 8 pulgadas y presente para ofrecer una información bastante básica.

Mejor crítica merece el maletero, de 210 litros de capacidad. Al ser su suelo bastante profundo es viable meter un par de maletas pequeñas. Y siempre se pueden abatir los asientos traseros para lograr un hueco de carga de 880 litros.

EL MOTOR RINDE INCLUSO EN AUTOPISTA Y SU AUTONOMÍA NO SE QUEDA CORTA

El Leapmotor T03 se impulsa gracias a un motor de 95 caballos y 158 Newton metro, cifras más que suficientes como para moverse con soltura. Y no sólo en ciudad, que se le presupone, sino también en carretera. Alcanza un máximo de 130 kilómetros/hora y lo hace con cierta soltura. Durante la breve prueba realizada en la presentación del modelo tuvimos que afrontar varias incorporaciones y adelantamientos con tres adultos en el coche y no hubo problema alguno. Sí, hay que adelantarse algo a esas maniobras, pero nada que no haya que hacer con un gasolina de potencia limitada. Y todo ello con una estabilidad más que decente, ya que su suspensión sujeta bien el coche en cualquier situación que se pueda dar a velocidades legales. Puede considerarse firme, pero no seca. Nos ha gustado en ese sentido.

El comportamiento del motor cambia, eso sí, en función del modo de conducción elegido. Hay tres, que son el Eco, el Standard y el Sport. Sólo el último libera todo el potencial del T03, si bien los otros dos son más que suficientes para el tráfico urbano. También varía la respuesta del volante, que se endurece mientras más deportiva sea la opción elegida. Por desgracia, ninguno de los modos elimina un vicio que tiene el coche, y es que el volante, al inicio del giro –más o menos un centímetro para cada lado– no encuentra respuesta en los neumáticos. Una especie de zona muerta a la que hay que acostumbrarse. Pasado ese margen, nos encontramos una respuesta cumplidora, sin más.

Más que la dirección nos ha gustado el freno, tanto por su potencia como por su tacto. Da confianza al sentir que el coche se detiene en consonancia con la fuerza con la que se pise el pedal. Además, su recorrido es bastante homogéneo, sin tirones derivados de la diferencia de funcionamiento cuando decelera recargando la batería o con la clásica mordedura de las pastillas en los discos.

No podemos evaluar el gasto energético del coche por los escasos kilómetros recorridos, con lo que nos limitaremos a recalcar los 16,3 kilovatios hora a los 100 kilómetros homologados y una autonomía que queda cifrada en 265 kilómetros, casi 400 si se circula sólo por ciudad. Respecto a la carga, admite corriente continua hasta 6,6 kilovatios y corriente continua hasta 48. En el primer caso requiere tres horas y media de conexión para cargar del 30% al 80%, mientras que en el segundo necesita 36 minutos para remontar el mismo porcentaje.

AL DACIA SPRING LE HA SALIDO UN DURO RIVAL 'POR EL MISMO PRECIO'

El Leapmotor T03 es un poco más coche en todos los sentidos que el Dacia Spring. Así de claro. Es más potente, tiene más autonomía, el espacio en el habitáculo aporta un pequeño plus y detalles como la frenada le hacen sentir como un producto más completo. Además su precio, de 18.900 euros sin Moves mediante –11.900 con él–, es prácticamente exacto –diez euros mayor concretamente– al del Spring más capaz, el de 65 caballos. La versión de 45 caballos del modelo rumano se queda demasiado justa como para admitir comparación, y además supone un ahorro de 1.000 euros que consideramos que no merece la pena. En resumen, un coche eléctrico urbano interesante por muchos motivos.