Hamilton y los problemas del Mercedes: "Si encuentras la respuesta, te daré un millón de dólares"

La temporada 2024 de Hamilton ha girado entorno a su marca a Ferrari, que se producirá justo tras su adiós a Mercedes. A partir del próximo año, será uno más en Maranello, con un nuevo proyecto que le hace particular ilusión. 

No obstante, Hamilton siempre se ha mostrado cauto: quería –y probablemente quiere– terminar el curso de la mejor forma posible de la mano de Mercedes. Pero parece que, de alguna forma, ha ido perdiendo la ilusión poco a poco. La ausencia de resultados en las últimas semanas –a pesar de las dos victorias que ha sumado esta temporada– les han restado emoción. Así que él mismo ha reconocido que ahora tiene la cabeza en otra parte. 

"Pongo mi enfoque en otra cosa. No estoy peleando por el campeonato, realmente no importa en qué lugar terminemos en el campeonato. No me importa si termino delante de George –Russell– o detrás de George, no me hace una gran diferencia. Solo quiero mantener el coche fuera del muro y tratar de anotar puntos para el equipo si puedo", ha sido franco, en declaraciones que recoge Motorsport Week.

Todo esto tras un fin de semana en el que las cosas no han ido como querían. Ha estado muy lejos de su compañero de equipo, sobre todo tras una clasificación, este domingo –tras ser aplazada por la lluvia– en la que no pasó de Q1. A pesar de hacer el 16º mejor tiempo, salió desde la plaza 14 tras las sanciones a Max Verstappen y Carlos Sainz. Russell, sin ir más lejos, llevó el coche hasta la segunda posición con cierta comodidad.

"Ayer fue terrible, hoy fue terrible", ha subrayado el piloto británico sus días de competición en São Paulo. "La clasificación fue mala, la carrera sprint fue mala. El coche ha estado mal todo el fin de semana", ha insistido. 

Ese ha sido el resumen que ha hecho un Lewis Hamilton especialmente duro después de las dos sesiones del sábado. El heptacampeón ha lamentado ya no sólo el resultado –pues suma un punto después de una clasificación en la que no pudo pasar de la 16º posición, cayendo así en Q1–, sino el ritmo de carrera. 

A pesar de que George Russell acarició el podio e incluso llegó a liderar la carrera, él se encuentra ahora mismo en otro punto. Ha pasado por muchas dificultades desde que Mercedes introdujo un nuevo paquete de mejoras en Austin. Tanto es así, que para él, el coche de Interlagos ha sido "el peor que he conducido en mi vida. Algo que ha dejado muy claro también a lo largo de la cita, en continuos mensajes de radio hacia el equipo que no hacen dudar de su postura, y que insistían en que no estaba cómodo. 

¿El problema? Lo desconocen. Así que incluso ha llegado a bromear con los medios de comunicación al respecto. Ofrece una recompensa para quién sepa descifrarlo: "Dímelo tú. Esa es la pregunta del millón de dólares. Si puedes encontrar la respuesta, te daré un millón de dólares". 

No obstante, sí hubo algo bueno para él a lo largo del fin de semana. Tuvo la oportunidad de subirse al McLaren de 1990 de Ayrton Senna. Y eso ha salvado su ilusión por lo que ha ocurrido en Brasil, algo que ha agradecido, igual que el apoyo de todos los seguidores, que han sido capaces de aguantar a pesar de la lluvia y los horarios. 

"Bueno, la carrera fue una porquería, pero conducir el coche de Senna fue lo mejor de todo", ha confesado. 

"Aún así, estoy feliz y agradecido de haber tenido esa experiencia aquí en Interlagos. Una recepción increíble de los fans. Han sido increíbles este fin de semana. Los fans llegaron, creo, a las 3 de la mañana. Así que un compromiso increíble por parte de los fans este fin de semana. Mejor no hablemos del coche, porque sabes que el coche no está bien", ha sentenciado.