Carreras por países y con aires de Olimpiadas, ¿son los Motorsport Games el evento con más futuro de la FIA?

652 PARTICIPANTES DE 85 PAÍSES

Un público con más camisetas de equipos de Fórmula 1 o rallies que de fútbol, y de todo tipo, desde familias bien a las que les gusta ver los Ferrari de los GTs, hasta chavales que vienen a ver las carreras de derrapajes, está disfrutando de lo lindo del fin de semana.

Los equipos muestran su sorpresa: hay sol cuando Europa ya está sumida en el frío otoño y, a pesar de las amenazas de lluvia, todos van en manga corta, y entre ellos algunos de los mejores: Ferrari, AF Corse, equipos de la órbita de Porsche o Mercedes… y todos con aparatos ‘gordos’, de esos que vale la pena ver competir y escuchar pasar a fondo en la recta.

Las federaciones se han tomado muy en serio esta tercera edición de las ‘olimpiadas del motor’ y todas llegan completamente uniformadas, con sus banderas, con coches en los que destaca el país de origen. Así vemos cómo Canadá choca con Brasil en turismos, cómo España se impone en los rallies con sus primeros espadas o cómo Turquía lleva la bandera cubriendo la totalidad de sus coches de última generación. Alemania, Perú o Inglaterra se enfrentan ‘cara a cara’ y notamos un ambiente de más deportividad del que ya es habitual en el mundo del automóvil. Sí, están compitiendo para ganar, pero también representando a su país, a una forma de ser, a un ‘fair play’ que, fuera de la pista, tiene más matices de olimpismo que de la competición automovilística.

El Circuito, con 25 años a sus espaldas, brilla a gran altura, sus instalaciones están en una espléndida madurez y los enormes espacios para carpas, parking o gradas permiten que todas las categorías encuentren rápidamente su sitio: los coches de rallies llegan desde los tramos a la asistencia, los de Fórmula tienen un box perfectamente ordenado, los de GTs lucen en las carpas intermedias del paddock, y los de Drift… el drift es otro planeta, y es quizás una de las categorías deportivas técnicamente más auténticas, aunque luego en la pista no se juegue a hacer el mejor tiempo.

¿El resultado? Una auténtica fiesta en la que importa el resultado, claro está, pero sobre todo el ambiente cruzado entre categorías, aficiones y países. Solo nos faltan algunos ‘primeros espadas’ internacionales para que el show sea aún más atractivo, aunque no sea compitiendo, sí animando a sus países. Si estos ‘Motorsport Games’ siguen esta trayectoria, pronto tendremos unos mundiales que pueden tener una auténtica legión de seguidores, una semilla que ya está floreciendo entre los aficionados.