Si no hay lluvia, siempre nos quedará el riego por aspersión

Y esta vez ha sido la lluvia justa. No excesiva para no provocar el problema de visibilidad causado por el spray; no precisó llegar a las gomas de lluvia extrema. Que se presentó inicialmente en una pequeña oleada que obligó a los pilotos mejor situados a sacar su mejor pilotaje y apañárselas con los slicks y su baja adherencia en estas condiciones, porque sabían que la primera lluvia debía ser pasajera y no valía la pena poner ‘intermedios’ para tan poco tiempo. Hubo quien arriesgó, cambió y... perdió, claro.

Bueno, hoy con los radares meteorológicos muy precisos y los satélites se puede afinar bastante, pero no es suficiente. Recuerdo cuando Dave Richards, entonces en Benetton, decidió hacer despegar su helicóptero personal para que el piloto le informara de la llegada de la lluvia. En Spa se llegaron a colocar miembros del equipo a tres, cinco y diez kilómetros del circuito para que informaran por radio de la llegada de la lluvia. Y hubo años que Ferrari llevó una estación de Meteo France para las predicciones ‘en vivo y directo’.

La verdad es que volví a pensar en que quiero riego por aspersión ya en todos los circuitos. Es algo que dije hace ya mucho tiempo, tanto que las webs de motor todavía eran una entelequia. Y que repetí en SoyMotor.com hace prácticamente un lustro.

Incluso Bernie Ecclestone ya lo propuso con su mejor cínico humor británico. Posiblemente una de aquellas propuestas locas que lanzaba de vez en cuando y que le servían para desviar la atención o como instrumento de negociación.

Eso sí, el riego debería ser controlado por un programa aleatorio, elegido por un algoritmo antes de la salida y mantenido en secreto… Como si una máquina tragaperras se tratara.

Bueno, no lo veremos nunca, claro. Pero ‘se non e vero e ben trovato’. Pero estoy convencido de que más de un fan lo habrá pensado. No me extrañaría que en algún ‘brand storm’ de Liberty alguien no lo sacara a colación, aunque fuera como ‘chascarrillo’.