Audi y el aviso del Dakar: ha ganado en todas las especialidades que se ha propuesto y ahora quiere la F1

Audi se volcará a partir de ahora exclusivamente en la F1. Y lo hará con la moral muy alta. Deja atrás todos sus programas deportivos oficiales en otras categorías y la actividad ‘customer’ se mantiene en mínimos mientras hayan clientes que hagan correr los coches actuales -los R8 LMS y RS3 LMS- para los cuales no hay previsto reemplazo.

Lo lamento pero lo entiendo. Tras haber conseguido lo que ha conseguido en otras disciplinas -Turismos, DTM, GT, Le Mans, Fórmula E, Dakar- sólo les restan dos objetivos por atacar: Indianápolis y la F1.

En la F1 han corrido en el último semestre muchos rumores. Desde una ‘marcha atrás’, dejando a Sauber en la estacada, a que los planes de la marca van con retraso y quizás no estén preparados en 2026, que está a la vuelta de la esquina.

La victoria de Carlos Sainz en el Dakar, sin embargo, ha hecho que en la F1 comiencen a pesar que Audi será un enemigo más difícil de lo que imaginaban y que puede llegar más rápido de lo que esperaban.

Pero me gustaría ir incluso más atrás, justo antes de la II Guerra Mundial, cuando la puga Mercedes-Auto Unión centraba todo el interés de los Grandes Premios. Los Auto Union, que llevaban los cuatro aros como emblema -fusión de Horch, DKW, Audi y Wanderer, de ahí el nombre y los cuatro aros, a los que más adelante se uniría NSU- fueron revolucionarios en su tiempo, por ejemplo adoptando el motor central.

Repasando la lista hay unos hechos trascendentales e importantes. Hitos en la historia de la tecnología de competición, que revolucionaron las categorías en las que ha estado presente al más alto nivel.

En los rallies, Audi desembarcó, en la era de los grupo B, con un coche absolutamente diferente: el Audi Quattro, pionero en cuatro ruedas motrices y en uso del turbocompresor.

En Resistencia fue la primera marca en ganar Le Mans con un motor turbodiésel y con un motor híbrido turbodiésel. En este caso, el sistema híbrido no usaba baterías para almacenar la energía eléctrica sino un volante de inercia.

Y en Formula E ganó el título de pilotos en la tercera temporada.

Es cierto, queda mucho trabajo por hacer, pero Sauber tiene cosas importantes y puede acortar el tiempo que se necesita para llegar. Y aún podría buscar apoyo en YCOM, una compañía de tecnología italiana que ha trabajado con Audi tanto en sus proyectos de resistencia como con el coche del Dakar. Y que también ha colaborado con Porsche, entre otros… y que de 2018 a 2022 colaboró como consultor con AlphaTauri.

En la F1 han constatado que Schumacher necesitó cinco años para convertir a Ferrari en imbatible. Mercedes necesitó otros cinco para convertir Brawn, la ex estructura de Honda, en ganadora. Red Bull necesitó otro tanto para convertir lo que había sido Jaguar en dominante.

Algunos dudan de que Audi pueda diseñar un buen motor en el tiempo que resta y recuerdan que quedarán ‘congelados’ a finales de 2026.

Otros dicen que se le puede atragantar la aerodinámica. Pero el hecho de que no pueden comenzar a estudiar el coche de 2026 hasta el 1 de enero de 2025 le da tiempo para armarse, en maquinaria y personal, No es partir al mismo nivel que los demás, pero desde luego mucho más cerca de lo que lo harían si los que serán sus competidores pudieran estar trabajando ya…. Incluso teniendo en cuenta la inconcreción de las reglas.

Por eso hay quien empieza a tomarse muy en serio la llegada de Audi. Incluso posiblemente más de un piloto, de los que acaban contrato este año, se debe preguntar si vale la pena apostar por los cuatro aros… aun a sabiendas de un 2025 a media tinta y un 2026 de duro trabajo y desarrollo, con pocas posibilidades de resultados.