Mercedes apunta al optimismo tras 'deshacerse' de la complicada parte trasera en el W15

El equipo ha estado trabajando sin descanso para poder revertir la situación después de dos años muy complicados. Desde 2022, cuando Red Bull tomó el mando del liderato con el cambio de normas, sólo han podido ganar una carrera, algo que podría empezar a crear cierta impaciencia en Brackley. 

El director técnico del equipo, James Allison, ha afirmado que, aunque todo depende del progreso de sus principales rivales, en Mercedes han abierto la puerta ligeramente al optimismo. Ven aspectos positivos en el W15, a pesar de todas las dudas iniciales que suelen ser comunes justo antes de que el coche esté preparado para los test de pretemporada. 

"Es imposible en esta época del año no estar aprensivo, emocionado o asustado. Esas son siempre las emociones que se sienten, y me imagino que incluso en Red Bull, después de un año de tan buen rendimiento, tampoco estarán durmiendo tranquilos en sus camas porque nadie sabe lo que los demás van a ofrecer", ha apuntado para Autosport. 

"Sin embargo, lo que sí tenemos alguna esperanza es que algunas de las características más 'malévolas' de la parte trasera de nuestro coche sean un poco más afables con nosotros, y el manejo del coche algo más sencillo", ha admitido. "Todo eso está en simulación, pero no obstante tenemos motivos razonables para creer que hemos ganado algo ahí", ha añadido al respecto.

Añadir más carga aerodinámica y potencia ha sido otro de los puntos a revisar del W14 de cara al coche de 2024. Lo cierto es que el monoplaza no era fácil de manejar en muchos puntos, haciendo la conducción bastante complicada para Russell y Hamilton, algo por lo que se quejaron en más de una ocasión. Pero no era el único problema. 

"Además de eso, hay que tener en cuenta todas las cosas normales de mantenimiento, como hacerlo más ligero, más carga aerodinámica y, con suerte, conseguir un poco de mejora en la unidad de potencia, con los ajustes de calibración que todavía son capaces de hacer con las normas actuales", ha explicado. 

"El tiempo dirá si es suficiente. Pero va a ser interesante porque hemos visto algunas cosas que sabíamos que eran un problema. Hemos formulado una hipótesis sobre los motivos de esos problemas y los hemos solucionado. Será interesante averiguar hasta qué punto hemos acertado con ese diagnóstico", ha reflexionado. 

De todas formas, se mantienen cautos, pero ponen el ojo en Red Bull. Allison es consciente que el año pasado su superioridad fue abrumadora, después de ganar 21 de las 22 carreras de la temporada. Mercedes no pudo plantarles cara por la victoria en prácticamente ninguna ocasión, después de la confirmada superioridad de Max Verstappen. 

Pero eso no significa que el año que viene vayan a tener la misma soltura ni capacidad de liderazgo. No es seguro, ha apuntado, que puedan mantener esa ventaja. Aunque todavía es pronto, porque los nuevos coches ni siquiera se han presentado, lo cierto es que a su juicio, la nueva normativa de la F1 sobre el efecto suelo hará que sea difícil para Red Bull seguir mejorando. 

"Esperamos haber hecho un buen trabajo con el nuevo coche, y esperamos haber solucionado algunas de las deficiencias que se mostraron tan públicamente con él el año pasado", ha concretado. "También hay algo que nos ronda por la cabeza, y es que las propias normas tienen un límite superior mucho más claro en cuanto a la cantidad de tiempo por vuelta que estos coches son capaces de producir. Es un límite superior mucho más claro que el de la generación anterior de coches, que cuanto más amor les dabas y más trabajo ponías en ellos, más rápidos eran, aparentemente sin fin", ha analizado. 

"Creo que si nos fijamos en el año pasado, vemos que desde el principio de la temporada hasta el final, aunque el dominio de Red Bull era casi total y no parecían vulnerables ni siquiera hasta la última carrera del año, si nos fijamos en el panorama general, esta es una parrilla que se está comprimiendo gradualmente", ha sentenciado.