Navegar o leer la arena: ¿Dónde está el truco de la etapa?

¿Maniobra táctica o pánico escénico? Está claro que ninguno de los tres –cuatro con Yazeed– quería abrir pista en la especial de 48 horas, un mar de arena, con pocas referencias… donde el copiloto tendrá más protagonismo que el piloto.

En cualquier caso, un jueguecito similar al ‘no abrir para no limpiar el terreno para los demás’, tantas veces practicado en el Mundial de Rallies. Por cierto, la frase de "abríamos carrera y hemos limpiado la pista para los que venían detrás" se ha pronunciado en este Dakar… diría que por vez primera.

Hasta ahora, abrir pista no tenía mayor problema para los coches. Las roderas de las motos servían de guía… pero mañana estas roderas no estarán. O no estarán en buena parte del recorrido. David Castera ha establecido recorridos diferentes para dos y cuatro ruedas, recorridos que ‘convergen’ en los seis campamentos establecidos a lo largo del recorrido –donde pasarán la noche– y quizás tengan algún kilómetro común cerca de ellos.

Por el contrario, para las motos sí que es un problema. El ‘motard’ debe ir con los dos ojos pendientes de la pista y con los dos ojos pendientes del roadbook… Pero sólo tienen dos ojos, así que las roderas de los que preceden es una suerte de Santo Grial. Generalmente quien sale abriendo pista es alcanzado por dos o tres pilotos mínimo.

Nasser Al-Attiyah no parece tener la misma opinión, no necesita de estas tretas, dice. Confía plenamente en Mathieu Baumel… aunque visto el poco tiempo que sacó a Chicherit y Yacopini, uno puede pensar que tampoco quiso tirar a por todas.

Quizás si se hubiera tratado de pistas pedregosas o polvorientas no hubieran hecho eso. Ir ‘comiendo polvo’ encierra muchos peligros de pinchazo y lo saben bien.

Aunque en las dunas se pincha menos, siempre está el peligro. En este caso, las bajas presiones que se utilizan en las gomas para ofrecer la máxima superficie de tracción.

Y aquí está el otro componente de la ecuación: la ‘calidad de la arena’, si es más o menos compacta, si queda más o menos machacada. En las dunas, una vez han pasado unos cuantos coches, la arena está más suelta, menos compacta, se tracciona menos, cuesta más superarlas.

Los viejos ‘dakarianos africanos’ sabían leer la arena. Su tonalidad les indicaba si era más compacta o más suelta, si tenía mejor o peor tracción. Era muy importante percibirlo al atacar una duna y elegir la porción de arena más compactada.

Quizás por eso Loeb haya arriesgado mucho, saldrá bastante retrasado. Y otro delante, puede tener que quedarse un campamento o dos de los líderes con el peligro de que a la mañana siguiente las roderas ya no sea muy claras.

Muchas incógnitas que dan morbo a la etapa. Como lo da el ver a dos miembros de la península arábiga al frente, Yazeed Al-Rajhi y Nasser Al-Attiyah. Dos hombres que tienen el hábito de conducir en las dunas, sobre todo Nasser, que parece conocerlas una por una.

¿Navegar o leer la arena? ¿Navegar o encontrar las dunas en mejor estado? Éstas serán las claves de la etapa. El morbo está servido.