El Mundial de Rallies prepara un golpe de timón

Esto es algo de lo que se habló entre bastidores en Bakú, durante los días del Consejo Mundial. David Richards y el vicepresidente FIA de motorsport, Anthony Reid, hablaron de ello con diversas partes implicadas.

Todo ello pese a que los rumores apuntaban a una continuidad de las reglas actuales, con cambios de detalle. Pero tanto Ford como Hyundai, las dos marcas de verdad interesadas en el WRC, se lamentan ya sin tapujos del excesivo coste del Mundial y del escaso retorno mediático que recibe. Y la ‘franquicia’ de Ford, M-Sport, alberga serias dudas sobre su continuidad, no por falta de voluntad, sino porque sus costes ponen en peligro las finanzas de la estructura.

No nos sorprende. Desde SoyMotor.com hemos defendido en más de una ocasión este paso. Lo consideramos necesario para reencontrar el rumbo perdido en una especialidad que en su día fue reina del automovilismo y que, en cierta forma, vive más del fulgor pasado que de un presente cada vez más gris… al menos en lo que a la primera división se refiere.

Es un paso que no debe dar miedo. A lo largo de la historia el automovilismo ha tenido que dar muchos pasos atrás por diversos motivos, económicos, de seguridad o porque la vida lleva en otra dirección.

Ahora que Toyota tiene ya por fin un Rally2, el paso parece menos grave. No debemos olvidar un detalle: sin Akio Toyota quizás no tendríamos Mundial.  Y no se nos puede escapar un detalle curioso. Malcom Wilson y M-Sport apuestan ahora por el Dakar. Y Prodrive, el equipo que fue uno de los más importantes de panorama mundial de los rallies -desde lo Ford Escorth y Porsche de Rothmans a los Subaru grupo A y WRC campeones del mundo- está ahora volcado también en el Dakar.

Reducir costes o aumentar el retorno mediático. Lo ideal es un equilibrio entre ambos factores. Pero sobre el primero se puede actuar con relativa rapidez -aquello de ‘lo imposible lo hacemos ya- y lo segundo -como los milagros- requiere más tiempo. Un tiempo que hoy por hoy, en las condiciones actuales no se tiene.

Obviamente cambiar los coches por unos tecnológicamente más económicos no es suficiente. Cyril Abiteboul lo ha dicho claramente en varias ocasiones. Desde que ‘en los rallies pasan muchas cosas, pero hay que contarlas’, hasta que ‘debemos ofrecer más espectáculo, más emoción’. Tanto él como Jari Matti Latvala se han lamentado del costo de los ralles.

Los Rally2 tienen una ventaja: están al alcance de equipos privados. Sólo hay que ver las listas de inscritos de la categoría en el Mundial. O ver las del Europeo, incluso de los campeonatos nacionales. Ni siquiera caería en la tentación de hacer un Rally2+ para los equipos oficiales. 

Pero no es suficiente. Solucionar el futuro pasa por un nuevo formato de los rallies. La estructura de trébol, de volver tras cada bucle al parque de trabajo, es insana. Un corsé que desnaturaliza los rallies. Rallies que se han visto privados de buena parte de su personalidad al desaparecer su denominación original (RAC, 1000 Lagos, Acrópolis, San Remo, Tour de Corse, Catalunya...) por el del país que los acoge. Que han cambiado de sede y de entorno natural. Y sobre todo que llevan un ritmo cansino: más de ocho horas de etapa, para apenas una hora de acción. Y con un coste que muchos organizadores no pueden asumir, frente a la apuesta ‘de país’ que se hacen en otras partes del mundo.

Sobre esto, algo se va a hacer en el próximo año, al dar prioridad a las ‘flexiasistencias’ en lugar de tener que volver a medio día al Parque de Trabajo. Aunque ello no acabe de satisfacer a algunos responsables de marketing, porque da menos opciones para atraer invitados. Pero ello no será suficiente. Quizás debamos peonsar en dos días en lugar de tres, con más acción cada día.

Es cierto, se quiere variar el sistema de puntuación para dar más emoción. ¿Puntos en cada tramo? ¿Puntos en cada etapa? Tienen sus ventajas y sus inconvenientes.

El golpe de timón se avecina. La duda es si será suficiente para evitar el iceberg de realidad que se nos hecha encima. Acuérdense de lo que sucedió con el Titanic. El problema algunas veces no está en la superficie, sino en lo que se esconde pocos metros bajo el agua.

Y un detalle que todos deben tener muy claro: lo que está en peligro no son los rallies sino el Mundial de Rallies. Salvando las distancias, es algo que hemos visto en los Turismos. Cada vez que ha  hecho un Mundial, ha acabado ahogado por los costes.