Kristoffersson consiguió su sexto título mundial de Rallycross, pero el campeonato debe tomar decisiones de futuro

Kristoffersson ha sido el gran dominador del campeonato, ganando cinco de las siete carreras. Un campeonato gestado en dos fases distintas, ambas de tecnología exclusivamente QEV, es decir, motores eléctricos alimentados por baterías.

El Mundial de Rallycross tuvo dos fases. En la primera, los equipos participantes habían realizado sus coches, instalando un ‘kit’ de potencia -motor, baterías, centralita, transmisión- único para todos, suministrados por Kreisel Electric.

Las tres primeras carreras fueron dominadas por Kristoffersson. Algunos pudieron pensar que el sueco había realizado el mejor trabajo de adaptación de la ‘power unit’ a su Golf. Pero también se tenía como un resultado probable, no en vano, que era cinco veces campeón del mundo.

Pero antes de la cuarta prueba, un incendio en los coches del equipo GKN, inspirados en el Lancia Delta Integrale, obligó a suspender la prueba por razones de seguridad hasta que se averiguaran los orígenes del incendio. Los resultados de la investigación no dieron frutos o al menos no se han anunciado.  

Las dos siguientes pruebas fueron simplemente suspendidas y los promotores del Mundial aprovecharon los eventos para que los pilotos probaran los coches Zeroid X1 de la categoría RX2e, realizados por QEV Tecnologies para esta categoría monomarca, como alternativa de emergencia. Los Zeorid llevan ya tres temporadas siendo los coche usados en exclusiva por los RX2e sin problema alguno.

Los equipos dieron su visto bueno, para poder así concluir el campeonato. Las dos últimas citas, en Sudáfrica y Honkg Kong se convirtieron en dobles. Y todos los ases del Mundial se pusieron al volante de ellos, menos potentes por reglamento que los RX1, pero asimismo de pilotaje muy espectacular. 

En esta segunda fase las cosas han ido mucho más ajustadas, Kristofferson ganó la primera carrera en Ciudad el Cabo, pero Timo Scheider le superó en la segunda carrera. En Hong Kong, Kristofferson estuvo muy cerca de ganar la primera carrera; peleaba con Kevin Hansen cuando una avería al iniciarse la última hizo que su coche se detuviera. No perdió en la segunda carrera, donde se hizo con la victoria.

Ahora, los promotores del campeonato tienen que tomar una seria decisión sobre el próximo año. Algunos de los equipos se quejaron, antes del aplazamiento del certamen, de que los costes se habían disparado muy encima de lo previsto y el apoyo de las marcas había decaído, creándose una situación insostenible. ¿Serán los Zeroid la solución de futuro?

Hay mucho trabajo que hacer ante 2024. No sólo desde el punto de vista técnico, sino también mediático. No descarten nada.