Palou quiere entonar el alirón en St.Louis y si es rubricado con su primera victoria en un oval, mejor

El de Sant Antoni de Vilamajor tendrá en sus manos su segunda Copa Astor -el nombre del trofeo al campeón- y un cheque de 1.000.000 de dólares, que muchos nosotros envidiaríamos aunque tuviera un cero menos.

Un cheque de un millón… o quizás dos, si es que consigue rematar el título con la victoria en el World Wide Technology Raceway, que así se llama oficialmente en trazado de San Luis, un óvalo corto. Palou podría juntar el millón del título al millón de la prima especial para quien logra ganar en un oval, un circuito urbano y un circuito rutero, los tres tipos de circuitos de Indycar, la misma temporada.

Palou afrontará esta prueba con 101 puntos de ventaja sobre Scott Dixon y 105 sobre Josef Newgarden. Le bastaría salir de San Luis con 109 de ventaja sobre ellos ya que en las dos últimas carreras, Portland y Laguna Seca, hay un máximo de 108 puntos a ganar.

En realidad no necesita tanto. Sólo saliendo en las dos últimas carreras Àlex sumaria 10 puntos, con lo que salir con 99 de ventaja sobre sus rivales bastaría. En ambos casos prácticamente significa quedar por delante de Dixon y como mucho un puesto por detrás de Newgarden.

En los últimos 30 años el campeonato no se ha decidido con tanta antelación más que en otras tres ocasiones: 1998, cuando fue campeón Àlex Zanardi; 2002, con Cristinano da Matta y 1994, con Al Unser. En cualquier caso sería la primera vez en 20 años.

¿Qué hará Palou? Seguramente duda. Su ventaja le permite olvidarse del título y buscar su primera victoria en oval… que le daría el título, cierto. Puede permitirse el riesgo, porque en cualquier caso saldría posiblemente con medio centenar de puntos de ventaja. Pero Palou correrá con la cabeza: si ve claro poder ir a por la victoria, o hará, si no, buscará los puntos que le acerquen al título, aunque Portland y Laguna Seca sean circuitos amigos.

Será una elección sobre la marcha, una vez visto cómo se posiciona la carrera. Entre tanto Àlex sigue como siempre, tranquilo y sonriente, como si aquí no pasara nada.