Diferencial de un coche: qué es, cómo funciona y cuántos tipos hay

El diferencial de un coche es una parte compleja y a la vez fundamental para que un coche funcione correctamente. En resumen, es un sistema de engranajes que gestiona el par motor que llega a cada una de las ruedas de un eje, o lo que es lo mismo, la diferencia de giro. Los hay de varios tipos, según el estilo de conducción buscado por el modelo que se conduce.

Lo más común en el mercado es encontrar coches con diferencial electrónico, en una flota que en su mayoría cuenta  con tracción delantera y en la que los sensores del ABS y del ESP se encargan de lograr que las ruedas no pierdan tracción. Lo que se busca es hacer de la conducción una tarea simple, sin sustos ni tensiones innecesarios en otros componentes del vehículo.

Esto básicamente se consigue quitando par motor a una rueda que se desliza para aportárselo a la opuesta que tiene más tracción y que en todo caso requiere más fuerza para, por ejemplo, responder a las órdenes del conductor de manera precisa en una curva. Esto se vuelve vital en las curvas, sobre todo a alta velocidad, situaciones en las que se vería comprometida la estabilidad de coche si el par estuviera repartido en un 50/50 sin más opciones.

Lo normal es que en el paso por curva, la rueda interna gire a menor velocidad y la externa lo haga a mayor velocidad, lo que contribuye a que el cambio de dirección se produzca con precisión.

En vehículos más deportivos tampoco sería muy efectivo que se enviara todo la fuerza a una rueda sin tracción alguna o suspendida en el aire, pues esto impediría al vehículo avanzar con la velocidad o efectividad esperada en un automóviles de esas características.

Por eso, en los deportivos de calle y en los de competición existen lo que conocemos como el diferencial autoblocante mecánico tipo Torsen, de deslizamiento controlado o Haldex y de deslizamiento limitado o Ferguson, además de la existencia del diferencial autoblocante electrónico que simula el efecto de alguno de los anteriores sistemas.

Estas tecnologías lo que buscan es que haya un rendimiento mayor en los pasos por curva o que el reparto sea más efectivo a la hora de sortear obstáculos o situaciones en las que alguna de las ruedas se quede sin agarre. De esa manera, anulan el efecto secundario que deriva del diferencial de un coche convencional.