Ni un año más sin victorias para Ferrari

En Maranello no piensan en conquistar el título sí o sí. Pero saben que están obligados a conseguir alguna victoria. El último triunfo de los rojos lo obtuvo Sebastien Vettel en Singapur 2019 y eso para el Cavallino es una eternidad. E incluso ese año podría haber sido un año ‘sin’: los tres triunfos, consecutivos, de 2019 se dieron cuando Ferrari puedo emplear el ‘supermotor’, del que debió prescindir cuando la FIA, a petición o súplica de rivales, llevó a cabo una indagación sobre la legalidad del mismo y Ferrari renunció a seguirlo empleando.

Llevan ya dos temporadas en blanco. No pueden permitirse una tercera sin una victoria, cosa que sólo ha sucedido una vez en la historia de la F1: a inicios de los '90. 

Ferrari no ganó ningún Gran Premio en 1991, 1992 y 1993. Y sólo uno en 1994 y 1995. Tres victorias en seis temporadas y al menos dos de ellas en carreras un tanto extrañas, en la que los mejores, los hombres que batallaban por el título, abandonaron y dejaron paso a los ‘segunda división’ de la época. Y nunca ha estado otras dos temporadas consecutivas sin triunfos.

Aquella nefasta racha que llevó a Giovanni Agnelli a fichar a Jean Todt, Michael Schumacher, Ross Brawn y Rory Byrne, que cinco años después -hubieran sido cuatro de no haberse roto la pierna Schumacher en Silverstone 1999- dieron lugar una de las rachas más brillantes de la historia de la F1.

Binotto lo sabe. Y pese a los buenos resultados de los test de Baréin no olvida que los Ferrari, por su método de trabajo, acostumbran a ser competitivos en los test y van perdiendo fuelle después.

Las cuentas del Cavallino en este momento dicen que están en lucha con Red Bull, es difícil decir si un poco por delante o un poco por detrás. Es cierto que las tandas largas de Max Verstappen mostraron un mejor ritmo del coche austríaco, pero Ferrari nunca apretó el motor en los test, le queda un buen margen para ello.

Mercedes están algo por detrás, pero muy cerca. Y no subestiman el poder de recuperación del que hace siempre gala el equipo de Brackley.

La intención de Ferrari parece la de querer jugar sus cartas de inmediato. Parecen haber encontrado la fórmula de contener y controlar el marsopeo incluso en el bacheado circuito de Baréin, donde por lo general este fenómeno se acusó aún más que en Barcelona.

Pero la carrera por el título se jugará en la evolución de los coches. y en este frente, Red Bull y Mercedes parecen los más diestros, aunque habrá que ver si el ‘límite presupuestario’ no frena esa capacidad de reacción y evolución de los dos equipos que han dominado los últimos años del Mundial.