Llevamos 8 GP sin coche de seguridad, pero es improbable que en Singapur siga la racha

El primer VSC, en Austria y sólo por una vuelta para que los comisarios recogieran un pieza caída de un coche, y en Bakú, en las dos últimas vueltas, donde dirección de carrera optó por un VSC cuando Pérez y Sainz se engancharon para no empañar al final una vuelta carrera ya que no había tiempo siquiera para reagrupar los coches antes de que los comisarios pudieran pensar en comenzar a actuar.

Entre un coche de seguridad y un VSC las diferencias son notables. Éste último deja la carrera ‘congelada’, estabilizada, no sólo en posiciones sino también, más o menos, en diferencias. Mientras que el primero, si bien se mantienen posiciones, las diferencias quedan neutralizados porque se reagrupa la carrera. Lo primero es quizás más equitativo, lo segundo favorece la emoción y por tanto el espectáculo.

Son ocho carreras sin ver al coche de seguridad encabezando la procesión de unos F1 ‘al ralentí’. El que muchos tienen como ‘mejor espectáculo del mundo’ no merecía ese humillante desdoro… aunque algunos pilotos no estuvieron de acuerdo.

Es difícil que esta tónica se mantenga y que llegamos a la decena de GP sin coches de seguridad. Hasta la fecha, desde que en 2008 se disputó el primer GP de Singapur, el coche de seguridad ha sido una constante y ha salido en todas y cada una de las 14 carreras. Es cierto, en dos ocasiones en el primer giro para tener una carrera ‘tranquila’ el resto, pero lo más normal ha sido verlo aparecer superado ya el ecuador de la carrera.

De hecho, a buen seguro los tácticos van a tener muy en cuenta esa posibilidad y se habrán preparado para actuar ante la más que probable contingencia.