Las Vegas está preparada para la fiesta de Max Verstappen

Max llega a la ‘ciudad de juego’, donde todo lo que pasa se queda en Las Vegas, con 62 puntos de ventaja cuando quedarán 60 puntos en juego para Catar y Abu Dabi.

La basta con evitar que Lando Norris le supera por tres puntos aquí. Algo que es tanto como decir que debe quedar por delante o, en caso de que Lando no suba al podio justo detrás.

De lo que sí están todos seguros es de que Lando sólo puede retrasar la coronación del holandés, Si quiere tener posibilidades reales, no sólo debería ganar sino cruzar los dedos para que Max sufra contratiempo suficiente para dejarlo fuera de los puntos.

En Las Vegas, claro, todo puede pasar. Pero el pasado año Max fue primero… y Sergio Pérez, tercero. Los Ferrari brillaron y Lando fue a la pared a las primeras de cambio.

Norris llega a esta trazado después de comprobar con el Red Bull ha recuperado su forma, como Max hizo en Brasil una remontada espectacular. Es cierto que la bandera roja le dio un comodín, pero no menos cierto que el coche energético pareció tener bastantes de sus problemas si no resueltos si por lo menos bajo control.

Entre tanto, sobre Norris puede una espada de Damocles: la posibilidad de tener que cambiar motor con la correspondiente penalización.

Pero no Lando y Max no deberían ser los únicos protagonistas. Sergio Pèrez debe intentar aquí quemar sus últimos cartuchos Ferrari debe ir a por todas con sus dos hombres: Leclerc necesita acabar la temporada en fanfarrias para dejar muy clara su posición en Maranello frente a un 2025 donde tendrá un duro rival por compañero, mientras Sainz debe desear despedirse de los rojos con el mejor resultado posible en los tres GP que restan. Lewis Hamilton, por su parte, se debe tomar estas tres pruebas como un ‘tour de despedida’ de Mercedes y George Russell también quiere un buen resultado; Mercedes, además, quiere dejar atrás los ‘caprichos’ del coche actual como punto de partida para un mejor 2025.

McLaren, Ferrari, Red Bull. Los tres librarán la otra batalla, la del título de constructores. Quizás no dé tanto prestigio, pero ha pasta, mucha paste en juego. McLaren tiene ventaja, pero Ferrari tiene esperanzas de alcanzarle y, siempre que Pérez se libere de su cadenas internas, Red Bull no lo da todo por perdido.