Bakú, los riesgos financieros del 'Sprint' y el doblete con Miami

Bakú es siempre un circuito donde los coches pueden sufrir daños importantes. Y en esta ocasión se añade el hecho de que hay carrera sprint. Una carrera que puede ser muy loca, que no influirá en la parrilla de salida del Gran Premio del domingo, pero que otorga unos valiosos puntos.

Es un cambio radical de enfoque de las carreras sprint. Se anima a los pilotos a arriesgar, porque hay puntos en juego de una parte y porque si sale mal, ello no influirá en la carrera del domingo… o quizás sí. Simplemente, tras el sprint hay parque cerrado, sólo unas cuatro horas de trabajo permitidas ante la carrera del domingo si no quieres verte obligado a salir de boxes.

Ello no deja de ser un poco contradictorio en los tiempos de ‘techo presupuestario’. De una parte se quiere ahorrar y de otra se pretende que se arriesgue más.

La preocupación por ello es evidente. Cada euro gastado en piezas rotas es un euro menos para desarrollo y el impacto se verá o este año o puede reflejarse en el coche del año siguiente.

Pero hay una segunda parte del desafío: de Bakú se vuela directamente a Miami. De forma que se necesitan más recambios porque será difícil fabricar piezas entre los dos GP… pero por otra parte los equipos no desean eso porque cada pieza de recambio de más es dinero de menos para desarrollo o fabricar piezas de evolución… si no usas un recambio por quedar obsoleto es dinero a la basura.

Hay un ‘atenuante’. Hay una zona de Bakú, la que bordea la muralla, es angosta y sinuosa, también hay dos largas rectas donde es posible adelantar con bajo riesgo.