Alonso, del infierno al cielo con Aston Martin: su mejor temporada sin luchar por el Mundial

Al final del año, cuando el asturiano hizo balance, se dio cuenta de que terminar o no cuarto en el mundial era su objetivo –uno que al final cumplió–, pero no su prioridad. Estaba más que satisfecho con el trabajo realizado porque "es mi mejor temporada, junto a 2012". Así que era suficiente, sobre todo "como la mejor en mi conducción, así que estoy contento con todo y motivado".

Una afirmación que viene dada por cómo se ha desarrollado la temporada. Su rendimiento ha sido simplemente espectacular, sobre todo porque Lance Stroll, su compañero de equipo, ha logrado 74 puntos por sus 206. Es decir, ha estado al ras de triplicar la diferencia con el otro piloto que conducía el AMR23.

Este año no ha luchado por la victoria salvo en Mónaco, donde tal vez una elección diferente de neumáticos cuando empezó a llover habría significado la victoria 33 del asturiano. Pero, a pesar de eso, y de no haber peleado por el campeonato, como hizo en 2005, 2006, 2007, 2010, 2012 y hasta si apuramos, 2013, para Alonso ha sido especial. No eran las mismas circunstancias, eso es cierto. En 2012, sumó 13 podios y este 2023, 'sólo' ocho. Sin embargo, se ha vuelto a sentir competitivo: desde Hungría 2014 y hasta 2023, sólo había podido sumar un tercer puesto con Alpine. Y eso, para un bicampeón, no era suficiente.

Además, hay que destacar las 'virguerías' que ha podido hacer con el Aston Martin, que al final del año ha terminado quinto en el mundial por equipos. Se asemeja a las dificultades de conducción que tuvo en Ferrari cuando quedó subcampeón por detrás de Vettel. Así que se entienden las comparaciones, a pesar de las diferencias entre una y otra temporada.

Lo cierto es que Max Verstappen y Red Bull no dieron ningún tipo de oportunidad a nadie, así que eso también complicó mucho las cosas. Sólo a Sergio Pérez en Azerbaiyán y en Arabia Saudí, donde consiguió la victoria por delante de su compañero de equipo, y a Carlos Sainz en Singapur. El resto, victorias con una solvencia abrumadora. Quedar a cinco o seis segundos de distancia con el neerlandés ya era casi motivo de alegría para los equipos, porque la superioridad del RB19 parecía prácticamente insalvable en condiciones normales. 

Sin embargo, hubo un piloto que intentó, en ciertas ocasiones, plantarle cara al campeón del mundo. Sobre todo, a principio de temporada. Y ahí es donde el nombre de Fernando Alonso sobre sale por encima del resto, no por resultados, ya que al final ha terminado cuarto en el mundial de pilotos, por detrás de Verstappen, Pérez y Hamilton, sino porque se ha subido al podio hasta en ocho ocasiones esta temporada con el quinto mejor coche de la parrilla. 

A principios de curso, Alonso llegó a acompañar al neerlandés en el podio hasta en cinco de las seis primeras carreras. Se mantenía tercero, y parecía que podría terminar como el primero de los 'mortales', es decir, el que iba después de los dos Red Bull. Los Mercedes y los Ferrari se mantenían al acecho, pero todo parecía indicar que el Aston Martin estaba, un pasito por encima o, como mínimo, en la misma línea que dos de las grandes escuderías de la parrilla. McLaren, que a priori parecía el rival más cercano de los de Silverstone, estaba completamente desaparecida. 

De hecho, después del Gran Premio de Austria, el asturiano era tercero con 117 puntos. El heptacampeón, por su parte, se mantenía detrás a 25 de distancia y con una gran consistencia a pesar de que sólo se había subido tres veces al podio, por las seis que, para aquel entonces, ya había logrado Alonso. 

A partir de ahí, las cosas se torcieron para Aston Martin. El coche ya no era tan solvente, y Hamilton se acercó peligrosamente antes del parón de verano y se quedó a seis puntos tras Hungría. Era un secreto a voces que terminaría adelantándole en el Mundial, porque el rendimiento de Mercedes pegó un subidón importante. Lo consiguió en Monza y, a partir de ahí, a Alonso sólo le quedaba luchar por un cuarto puesto que al final consiguió... no sin esfuerzo ni con pocas sorpresas.

Porque, entremedias, McLaren también apretó los dientes y pudo hacer evolucionar el coche en el parón de verano. Tanto, que incluso les superaron en el mundial de Constructores, algo que parecía imposible antes de Silverstone. Además, Lando Norris le puso contra las cuerdas a final de temporada en la lucha por el puesto en el campeonato, igual que Carlos Sainz y Charles Leclerc. Pero el 'gato al agua' se lo llevó el asturiano, una gran alegría a pesar de que aseguró que para él eso era lo de menos. Queda el mal sabor de boca de saber qué habría pasado en Mónaco si hubiese colocado los intermedios en su parada de boxes. Pero, después de una década, Alonso volvió a sentirse competitivo.