Sainz Jr.: La alternativa del futuro

Pero es importante rebajar la presión, y acompañarle con ilusión y paciencia en este proceso de aprendizaje que puede llevarle a escribir el futuro del automovilismo español en la máxima categoría. A sus 20 años, el porvenir está en sus manos.

Fernando Alonso debutó a una edad similar (19 años), y una de las cosas más importantes que tuvo a su favor en su primer año, 2001, es que la presión mediática y de la afición no fue tan grande como a la que se han enfrentado aquellos pilotos españoles que han debutado con posterioridad, Jaime Alguersuari y ahora Carlos Sainz. Pudo crecer con calma, y demostrar su valía con el modesto Minardi, sin que nadie le exigiera resultados ni esperara nada más que tener la esperanza de su asentamiento en la categoría. Fue sin duda un elemento importante para afrontar el estrés que supone de por sí la F-1.

Sin embargo, ya se está cargando sobre los hombros de Sainz el deber de machacar a su compañero, el jovencísimo Max Verstappen, cuyo talento es sin duda deslumbrante, pero cuya falta de experiencia podría jugar en su contra, y que ya ha sido objeto de fuertes críticas por algún sector de la prensa. Sin embargo, a su también corta edad, Carlos goza de una trayectoria mucho más tradicional, escalando con naturalidad por los peldaños de ascenso a la F1. Y en ellos, aunque sus resultados no hayan sido todo lo brillantes o demoledores que algunos todavía esperarían, ha hecho sin embargo un crecimiento importante, con resultados notables. El último, y más importante, ganar las World Series by Renault del año pasado (primer piloto del programa Red Bull que lo logra), lo que le ha abierto las puertas de Toro Rosso.

Cierto, esas puertas parecieron cerradas con el baile de pilotos en el seno de Red Bull y el ascenso de Verstappen, pero al final se hizo con un puesto que ha conseguido por méritos propios. De no ser así, el programa de pilotos de Red Bull no le habría dado la oportunidad. Y ya conocemos la severidad del programa, que promociona o destruye pilotos según su rendimiento. Así, es esa experiencia adquirida con solidez la que Carlos debe hacer valer, y son esos conocimientos los que le tienen que servir para convertirse en el referente del equipo, incluso aunque sus resultados no sean mejores que los de su compañero en el cómputo global. Pero su comprensión de los monoplazas, su preparación y su gestión deben convertirle en la referencia, además de su sólido desempeño en carrera, algo demostrado durante el año pasado.

No estaría tampoco de más que partiésemos de cero con Toro Rosso y el programa de Red Bull, y con su figura visible, Helmut Marko. El equipo B de Red Bull ha sido la puerta de entrada para los dos últimos pilotos nacionales que han debutado en la Fórmula 1, siguiendo curiosamente con la tradición del equipo con los pilotos españoles. Porque Toro Rosso es lo que hasta 2005 inclusive fue Minardi, que desde su debut en la F-1 en 1985 dio la alternativa a cuatro pilotos españoles: Adrián Campos, Luis Pérez-Sala, Marc Gené y Fernando Alonso.

Cuatro pilotos en veinte años. Toro Rosso lleva dos pilotos en diez años, con Jaime Alguersuari y Carlos Sainz. Cierto que las circunstancias son diferentes, porque ahora sólo logran un volante los pilotos de Red Bull, pero es cuanto menos llamativo. Así, pese a la inquina contra Marko que se extiende por la opinión pública (la cual puede que no sea del todo injustificada), la verdad es que en este país deberíamos estarle agradecido de las oportunidades que ha dado a dos talentos españoles, porque es él el dueño de las llaves de entrada a la F1para los pilotos de su programa. Cierto que con Alguersuari las cosas no acabaron nada bien, y las formas de Red Bull no fueron precisamente elegantes, pero no es menos cierto que depositaron su confianza en un piloto de gran talento que, visto con retrospectiva, hizo un gran papel con el material a su disposición.

Red Bull siempre exige mucho, y ya será suficiente carga para Sainz esa exigencia. De nada servirá ni ayudará que ante las primeras dificultades o críticas, nos volquemos en calificar negativamente las decisiones de quienes tienen en sus manos la carrera deportiva de nuestro piloto. Le han dado la confianza, y además, por lo que hemos podido ver con otros pilotos, se les conceden varias temporadas para crecer y mostrar su potencial, así que un poco de visión amplia y calmada ayudará a ver las cosas con perspectiva. En definitiva, aprendamos de la experiencia vivida con Alguersuari y Red Bull. Marko es implacable, pero también es un calificado evaluador de las capacidades de un piloto. Si Carlos logra demostrarle que no se ha equivocado en su decisión, tendrá un valedor de referencia en la casa austríaca. Demos una oportunidad libre de visiones recelosas al programa de Red Bull.

Carlos tiene manos y cabeza de sobra para consolidarse en la Fórmula 1. De eso ninguno deberíamos tener dudas. Necesita nuestro apoyo, y me atrevo a decir además que lo merece. Aunque sea simplemente porque no está siendo común ver debutar en F-1 a nuestros pilotos, y no es por falta de talento. Pilotos como Roberto Merhi o Dani Juncadella tienen las manos más que suficientes para estar en la categoría reina del automovilismo, y muchos otros de valía se han quedado por el camino sin llegar. Ya perdimos una gran oportunidad con Alguersuari, que verdaderamente tenía un palmarés en categorías inferiores que muchos desearían. La pérdida de su carrera en F1 fue la de todos, no nos equivoquemos. Porque Alonso ha comenzado la recta final de su carrera, y su relevo se muestra esquivo en la tarea de enarbolar la representación de nuestro país en el Gran Circo.

Pues precisamente Carlos Sainz es ese relevo (que no es lo mismo que el nuevo Fernando), esa oportunidad que quizás no nos podemos permitir perder esta vez. Es nuestro futuro referente, y es su carrera la que puede darnos nuevas satisfacciones en años venideros. Llenar de falsas expectativas, comparaciones, rencores o críticas sin justificación su entorno no ayudará para nada. A Carlos no le apartarán de su objetivo ni de su realidad, porque su madurez y tranquilidad son asombrosas, pero a veces hay una línea frágil entre la crítica constructiva (que debe haberla) y el ataque injustificado, que nada aporta.

Su futuro será lo que Carlos Sainz consiga por méritos propios, como hasta ahora. Confiemos, seamos pacientes. Observemos con ilusión su desempeño, que seguro que no nos defraudará y nos deparará satisfacciones, y creamos en quien ahora mismo es nuestra mejor baza para el futuro.