Alonso vuelve a la Fórmula 1 en su mejor momento

Cuando Daniel Ricciardo dejó libre su asiento al firmar con McLaren, Alonso ya estaba atento a la evolución del mercado. En aquel momento mantenía abiertas sus opciones e incluso coqueteaba con alguno de los monoplazas de los equipos favoritos, si bien desde un principio la vía Renault era la que tenía más sentido por la convergencia de intereses, tal y como señalamos en SoyMotor.com el 14 de mayo. Para Renault, Fernando era el gancho mediático con el que justificar su continuidad en la Fórmula 1. Para Alonso, el de Enstone era un equipo que de verdad le necesitaba.

El fichaje de Alonso por Renault, adelantado por la Cadena SER la semana pasada, ya está hecho a falta de comunicado oficial según ha podido confirmar en las últimas horas esta misma cabecera. Lo que supone que dos años después de anunciar su adiós del deporte, un adiós que en ningún momento dijo que fuera definitivo, el asturiano volverá a la categoría reina para escribir un nuevo capítulo con la marca del rombo.

Fernando ya no tiene los 28 años que tenía cuando debutó con Ferrari o los 33 de cuando recaló en el proyecto McLaren-Honda, pero su entorno asegura que la edad es sólo un número. Este mes de julio cumplirá 39 primaveras, pero se siente más en forma que nunca. No ha descuidado su condición física y ha trabajado en su conducción, hasta el punto de que siente que se halla en el mejor momento como piloto de carreras. Ya sea en karts o en el simulador, pasa cada fin de semana al volante.

El asturiano es consciente de que Renault es un proyecto en construcción, por lo que tiene muy presente que es difícil que pueda pelear a corto plazo por los resultados que su ambición desearía. Pero también sabe que en 2022 se avecina un cambio de Reglamento y que el techo presupuestario jugará a favor de los intereses de la marca del rombo, por lo que no descarta que puedan dar alguna sorpresa con el paso del tiempo.

La actitud de Fernando Alonso va a ser la de disfrutar de cada kilómetro y ayudar a construir el equipo, sin objetivos inmediatos. Eso sí: Fernando y ambición son sinónimos y Cyril Abiteboul recibirá a un piloto exigente, aunque sin una presión cortoplacista que suponga una turbulencia para el funcionamiento de la escudería, a priori.

Algunos dirán, seguramente con razón, que en su carrera profesional no ha tenido la suerte que merecían sus manos. Pero la suerte de Fernando, y así lo siente él, es saber que se ha ganado la libertad para hacer lo que quiere en cada momento de su vida. La misma libertad que en 2017 le permitió sacrificar un GP de Mónaco para descubrir las 500 Millas de Indianápolis, la misma libertad que le llevó a firmar con Toyota para ganar dos veces en Le Mans, proclamarse campeón del mundo de Resistencia y atreverse con la madre de todas las pruebas, el Rally Dakar. La misma libertad que le trae ahora de vuelta a la Fórmula 1. Y aunque la Renault de Cyril Abiteboul no es la de Flavio Briatore, la vida es muy divertida a 300 kilómetros/hora.

Fernando se suma a una lista de grandes campeones que han decidido volver a la categoría reina tras un paréntesis. Entre ellos destacan Niki Lauda -que ganó su tercer campeonato tras tres años de ausencia-, Alain Prost o, por supuesto, Michael Schumacher, que fue la chispa de la llama Mercedes-AMG que aún prende con fuerza en el Mundial.