WRC: Ford no está, pero ¿se le espera?

El deterioro del Mundial no es de este año, sino que viene de lejos. El descenso ha sido imparable y la posibilidad de una vuelta rápida a la ‘normalidad’ no parece vaya a ser a corto plazo.

El director de rallies de la FIA, Andrew Wheatley, ha admitido que “los rallies actuales son demasiado costosos”. Cyril Abiteboul, jefe de equipo de Hyundai, señala que “hay que interesar a la gente, pero para ello deben ofrecerles cosas que contar”. Y el promotor busca hacer caja pidiendo a las organizaciones un dinero que estas, en muchos casos, no pueden asumir.

Sin retorno mediático, la especialidad tiene serías dificultades para mantener el nivel actual y las marcas y patrocinadores en el mejor de los casos dudan en entrar.

Wilson espera que Pierre Louis Loubet y Adrian Fourmaux puedan aportar el apoyo financiero suficiente. ‘Tito’ Malcom ha intentado convencer a Ford de las posibilidades del equipo. Lo hizo en su día fichando a Ogier. Lo hizo alineando a Loeb en algunas rallies. Lo ha vuelto a intentar con Tänak. Cada intento ha dejado una cuantiosa factura que amortizar en sucesivas temporadas. Todo porque a Ford le interesa ‘estar’ pero no está dispuesta a aportar lo que se necesita para ‘ser’. Son aparentemente lo mismo, pero hay una diferencia brutal en la realidad.

A Malcom siempre le quedará Jourdan Serderidis. Serderidis ha dejado de pilotar tras el Acrópolis y ha pasado al rol de Mercedes. Esta dispuesto a financiar al belga Gregorie Munster en unas siete pruebas del Mundial y en las otras, Munster estará con un Rally2.

Los rallies siempre se han nutrido de escuderías privadas con buen material. Tan bueno que era idéntico al de los oficiales. Tan bueno, que llegaron a prestar sus coches al equipo oficial cuando problemas laborales en fábrica amenzaron la presencia de los Fiat 131 Abath en el Rally de San Remo: ahí estaban Jolly Club, 4 Rombi, etc. Jolly, Fiat France y otras disputaban el Mundial junto al equipo oficial.

Malcom contaba que podría vender algún Puma Rally1 para ayudar a financiarse. Sólo ha vendido uno, al piloto griego. Y en Rally2 , la parte importante de su negocio, tiene cada vez más competidores: Skoda, Hyunday, Citroën y ahora Toyota. Conociendo a Wilson, éste no tirará la toalla, pero tampoco puede seguir estirando más el brazo que la manga. 

El problema del Mundial de Rallies no es donde correr, sino quién va a correr. Si no hay quién, es inútil plantearse donde. Dar el paso atrás, a Rally2, abordable para los equipos, parece lo más lógico… pero los responsables parecen apostar por una ‘huir hacia delante’. Y esto puede acabar como ‘Thelma y Louise’.