Más allá de la nieve: la 'sociedad' de Nando Parrado con la Fórmula 1

En los primeros días de la tragedia –el equipo viajaba hacia Santiago de Chile para medirse en un amistoso de Rugby–, Nando debió superarse a sí mismo, primero recuperándose milagrosamente de las heridas por el hundimiento craneal que le provocó el impacto del avión que lo transportaba contra una de las laderas de la cordillera, y luego asumiendo las muertes de su madre Eugenia y su hermana Susana, que lo habían acompañado en el viaje. Luego, junto a sus amigos accidentados, decidió con esfuerzo sobrehumano sobrevivir a las bajas temperaturas, la escasez de comida y al olvido de un mundo que ya los consideraba muertos.

Fueron unos largos 72 días de angustia hasta que finalmente, junto a Roberto Canessa, emprendió una larga caminata de 60 kilómetros que les llevó más de 10 días de escaladas de montañas y largos valles nevados. El esfuerzo dio sus frutos, nuestro héroe en esta historia y su compañero lograron llegar a la civilización, donde fueron encontrados por el arriero Sergio Catalán y así salvarse a sí mismos y a sus compañeros supervivientes.

Hasta aquí, la historia conocida por todos. Pasada la pesadilla, Nando comenzó a incursionar en los deportes de motor participando en competiciones en Uruguay, Argentina y Europa. Antes del accidente, su padre Seler –cofundador de la Asociación Uruguaya de Volantes– le inculcó el amor por el automovilismo. En su país, comenzó a competir en Motocross para luego dar el salto a las cuatro ruedas, primero con un Volkswagen Fusca –el 'Beetle' en Europa– y posteriormente con un Fiat 128.

Gracias a su historia de superación durante la tragedia y la pasión por el automovilismo, se ha codeado con distintas personalidades, entre ellas Carlos Reutemann, Jackie Stewart y Bernie Ecclestone. Sir Jackie le enseñó en 1973 a pilotar un coche de carreras, lo que posteriormente le abrió las puertas a vincularse con Bernie Ecclestone. Nando cumplía funciones de mecánico y, el por aquel entonces dueño del equipo Brabham, fue el nexo para llegar como piloto novato al equipo italiano Autodelta en 1977 para participar en el Campeonato Europeo de Turismos.

Nando Parrado, con Bernie Ecclestone en el Gran Premio de Baréin 2016

Junto a los pilotos argentinos Juan Pablo Zampa y Eugenio Breard, a bordo de un Alfa Romeo Alfasud Sprint bautizado popularmente como 43/70 –el equipo estaba patrocinado por esa marca de cigarrillos– y con el apoyo técnico de Reutemann –su primer mono se lo regaló precisamente el 'Lole'– y Juan Manuel Fangio, cosecharon en total nueve victorias sobre 10 pruebas, de forma que claramente se coronaron campeones. Posteriormente participó en una de las ediciones en la carrera de coches históricos de Le Mans con un Matra 650 V12. ​

Su gran momento en el automovilismo llegó cuando en Brands Hatch –Gran Bretaña– realizó pruebas con un McLaren MP4/1 de F1 cedido nada más y nada menos que por Niki Lauda. Su experiencia con un Fórmula 1 fue increíble y, a su vez, determinante para tomar la decisión de no intentar competir en la máxima categoría debido a las grandes exigencias físicas y a las diferencias de registros –más de 10 segundos por vuelta– con los pilotos de Fórmula 1 que también estaban realizando pruebas ese día. Su última incursión en una pista de carreras fue en 1982, cuando Nando probó en Silverstone un coche de Fórmula 2 con efecto suelo.

Todo lo vivido en el automovilismo lo llevó a crear y conducir el programa televisivo 'Vértigo', que estuvo en emisión durante 15 años y que le permitió seguir conectado con el deporte del motor y, más precisamente, con la Fórmula 1. Tuve el placer de entrevistarlo cuando la Fórmula E aterrizó en Punta del Este para las temporadas 1, 2 y 5, y allí me expresó su aprobación al deporte sostenible, aunque el proceso de cambio del combustible fósil a otras alternativas más amigables con el medio ambiente será largo a su entender, y deberán pasar varias generaciones para que sean utilizados de forma masiva.