Alex Palou fue el único que bajó de 1’06” en la clasificación para el Gran Premio de Long Beach, segunda prueba de la IndyCar. Sin embargo, el español sólo saldrá sexto en carrera. Será Félix Rosenqvist quien ocupará el puesto de la pole.
Este fin de semana la IndyCar disputa una de las carreras más emblemáticas del Campeonato, Long Beach. Una prueba en cierta forma ‘arrebatada’ a la F1, aunque con algunas modificaciones en el trazado original.
Jim Michaelian, director del circuito de Long Beach, ha reconocido que la IndyCar daría un salto de calidad si Fernando Alonso decidiese competir en ella a tiempo completo. Michaelian ha afirmado que el público estadounidense admira al asturiano por su valentía al embarcarse en nuevos retos, a la vez que ha descartado la remota posibilidad de que algún día su pista albergue pruebas de la Fórmula 1.
Tras dos primeras carreras pertenecientes al Campeonato de Resistencia, como fueron las 24 horas de Daytona y las 12 horas de Sebring, la carrera en Long Beach suponía la primera de las carreras cortas, de sólo una hora y 40 minutos, pero con muchos alicientes. Una carrera urbana, en un escenario icónico como pocos, plagado de baches, muros e incluso una fuente, y zonas tan técnicas y complicadas como el paso por la horquilla de la Curva 13, una zona tan estrecha y complicada que en años anteriores se han llegado a crear tapones, como puede atestiguar Antonio García dentro de las vueltas finales de la carrera. Una carrera, que si bien seguía con un marcado carácter de resistencia, iría por otra vertiente del desarrollo estratégico y que seguiría dando espectáculo e interés estratégico a partes iguales.
¿Fórmula 1 en Long Beach? La icónica sede del GP de Estados Unidos Oeste estudia la posibilidad de volver a la categoría reina en cuanto venza su contrato con la IndyCar. Las autoridades locales han encargado un estudio para analizar las consecuencias que cada disciplina tendrá para el municipio.
