El WRC lo fía todo al nuevo sistema de puntuación y la batalla por ocupar el trono que Rovanperä deja libre

A priori parece una afirmación política, de ‘vender’ el campeonato que una posibilidad real. El campeón de las dos últimas temporadas, Kalle Rovanperä, se toma un año 'semisabático', con sólo unas cuantas pruebas en su palmarés. Otro ‘pez gordo’, Sebastian Ogier, también estará sólo a tiempo parcial, como en las dos últimas temporadas. De hecho, los dos se dividirán, alternándose, el tercer Toyota.

Pero en la F1 no se recatan y hay muchos que piensan que la categoría sería mucho más interesante si no estuviera Max Verstappen. Así que ¿por qué no puede ser un campeonato más interesante si falta Rovanperä?

El Mundial de Rallies lleva demasiados años dominado por un sólo piloto. Primero fueron los nueve títulos consecutivos de Loeb. Después los ocho de Ogier. Ahora los dos de Rovanperä. Sólo un año de transición aprovechado por Ott Tänak, entre Ogier y el ‘crecimiento’ de Rovanperä.

La decisión de Kalle ha abierto el dilema de la sucesión. Los Evans, Neuville... ven su oportunidad. Tänak su segunda corona.

Wheatley cree sin embargo que la pimienta la aportará el nuevo y criticado sistema de puntuación.  

Sea por la razón que sea, el WRC necesita algo que sirva de revulsivo ante la afición, mientras espera poder introducir cambios para recuperar el nivel que tuvo, merece y, desgraciadamente, ha perdido. Las propias marcas interesadas juzgan los Rally1 como inasumibles. El admitir a los viejos WRC y a los Rally1 sin parte hibrida para ganar participación es un simple placebo para ganar lo que ahora necesita, tiempo. Ganar tiempo quizás porque no hay atrevimiento para tomar soluciones más drásticas.