Miguel Molina es eterno con la victoria en las 24 Horas de Le Mans

El Ferrari 499P con el dorsal 50 fue el más fuerte en unas 24 Horas de Le Mans condicionadas por la lluvia –presente en la tarde, el anochecer, la madrugada y la mañana del domingo–, los coches de seguridad –incluido uno de 4 horas y 37 minutos de madrugada por la intensidad de la lluvia– y las peleas en pista –con una decena de coches en la vuelta del líder–.

Además de batir a sus rivales en pista, el Ferrari de Miguel Molina también sobrellevó una sanción de 10 segundos por unsafe release –en la tarde del sábado– y a un momento de infarto a una hora del final cuando dirección de carrera le obligó a parar en boxes porque la puerta de su coche se había quedado abierta. Esta circunstancia le obligó a hacer dos tandas extraordinariamente largas en un recital de gestión del consumo de combustible que le valió el triunfo, en esta ocasión con Nicklas Nielsen al volante.

Toyota también tuvo su momento. El dorsal 8 peleaba por la victoria con el Ferrari 50 hasta que el Ferrari 51 lo embistió en la frenada de Mulsanne. El hypercar japonés trompeó y se cayó de la contienda. Luego fue el Toyota 7 el que asumió el papel de perseguidor, pero sus opciones se desvanecieron con un trompo en solitario en la chicane de Dunlop a 55 minutos del final.

Otro de los protagonistas del día fue Alex Palou, que firmó un debut perfecto en las 24 Horas de Le Mans. El bicampeón de la IndyCar llegaba a La Sarthe con la experiencia de haber competido en las 24 Horas de Daytona y eso le permitió adaptarse a la carrera con suma naturalidad. Aunque sin el ritmo de los favoritos, el Cadillac 2 se mantuvo en una estrategia alternativa que le permitió liderar varias vueltas en cada tanda. Su relevo en condiciones mixtas al caer la noche y su presencia en el coche en el stint final de la prueba fueron muestras de su velocidad.

En la parrilla de salida, el sitio de la pole position era para el Porsche 6, que se había impuesto en las sesiones de clasificación con un tiempo final de 3’24”634. Su vecino en la primera fila era el Cadillac 3, mientras que justo detrás tenía a los dos Ferrari de AF Corse –51, 51–. El Cadillac 2 de Alex Palou arrancaba un poco más atrás, en la cuarta fila, donde ocupaba la séptima posición.

Laurens Vanthoor lanzó la carrera con el Porsche 6, pero el liderato no le duró ni una vuelta. Nicklas Nielsen hizo una arrancada brillante con el Ferrari 50 y ganó dos puestos en la misma salida, pasando así de la cuarta a la segunda plaza. Por si esto no fuera suficiente, dio cuenta de Vanthoor poco después. De este modo, el coche de Miguel Molina se puso líder ya desde un principio.

El Toyota 8 fue uno de los protagonistas de la primera hora. Rezagado en parrilla –undécimo–, emprendió una gran remontada con Sébastien Buemi detrás del volante y así consiguió pegarse a cabeza de carrera. Eso lo dejó cuarto, sólo por detrás del Porsche 6 –líder tras el primer repostaje–, el Ferrari 50 y el Cadillac 3.

Poco después, el Ferrari 50 recibió una sanción de 10 segundos por unsafe release. La penalización, que cumpliría en su siguiente parada en boxes, se comunicó instantes después de que Nielsen volviera a asumir el liderato con un adelantamiento en pista sobre Vanthoor.

Los pilotos se seguían ordenando, y así el Ferrari 51 se puso primero antes de cumplir la segunda hora después de que el número 50 sirviera su penalización y de que el Porsche 6 completara un cambio de piloto –con el consiguiente tiempo extra–. El Toyota 8, a todo esto, se había puesto segundo.

Poco después, la lluvia hizo acto de presencia por primera vez. Lo hizo en forma de llovizna y no fue a más. Esto jugó en contra de coches como el Porsche 6, que se atrevieron a montar los neumáticos de lluvia. Minutos después, al volver a los de seco, cayeron en la clasificación.

Todo esto dejó al Ferrari 83, el de Robert Kubica, como nuevo líder de la carrera por delante del Porsche 5 y del Ferrari 50, que había recuperado terreno tras su sanción y ya era tercero. La carrera entró en una fase de estabilidad de un par de horas a medida que avanzaba la tarde y se hacía de noche en Le Mans.

La lluvia volvió a aparecer sobre las 22:00 horas, coincidiendo con la última luz del día. El Ferrari 83 satélite lideraba la carrera mientras que las unidades oficiales de AF Corse, la 50 y la 51, desafiaban la lógica quedándose en pista con neumáticos de seco. Asumieron muchos riesgos, pero la lluvia no fue a más y pudieron salvar la situación sin ningún contratiempo.

Esta llovizna fue beneficiosa para el Cadillac de Alex Palou, octavo en la general, que tenía que entrar justo entonces. El bicampeón de la IndyCar, debutante en Le Mans, estaba al volante en ese momento e hizo un gran relevo en condiciones mixtas para llevar su coche hasta la sexta plaza. Este momento marcó un punto de inflexión, porque hasta entonces el coche no había mostrado la velocidad necesaria para pelear con los favoritos.

Robert Kubica, líder con su Ferrari 83 durante la llegada de la lluvia, conservó el primer puesto cuando media hora después toda la parrilla hizo la transición a los neumáticos de seco. Tenía medio minuto sobre el Ferrari 50, que recuperó el segundo puesto por delante del Porsche 5 y el Toyota 8.

Kubica echó al traste sus opciones de victoria a las 22:37 horas. Golpeó al BMW 15 –que tuvo que abandonar– mientras trataba de adelnatar a tráfico lento. El Ferrari 83 resultó ileso y de hecho no perdió el liderato, pero, dos horas después, los comisarios le impusieron un Stop&Go de 30 segundos. Tuvo que entrar en esa misma vuelta al Pit-Lane para servir la penalización y, al hacerlo, cayó del primero al sexto puesto.

Después de recibir el impacto del Ferrari 83, el BMW 15 se cruzó en la pista e impactó contra las barreras. Esto obligó a sacar el primer coche de seguridad de la carrera, no sólo para recuperar el hypercar afectado, sino también para reparar las protecciones. La neutralización se prolongó durante más de 90 minutos.

El Safety-Car se retiró pasada la medianoche, sobre las 00:10 horas, y justo entonces la lluvia volvió a aparecer. Esto provocó una parada en boxes de muchos pilotos, entre ellos el Ferrari 83 y el Toyota 8. El Porsche 5, sin embargo, se quedó en pista con gomas de seco. La decisión fue errónea y le acabó costando sus opciones de victoria.

Finalmente, Kubica entró a boxes para servir su penalización. El liderato pasó entonces a manos del Toyota 8, que llegó a las 01:00 horas con una renta de 16 segundos sobre el Porsche 6 y con el Toyota 7 en tercer lugar. El Ferrari 50 de Miguel Molina, cuarto en ese momento, estaba a 40 segundos.

Esta noche, la noche de Le Mans deparó una sorpresa: un coche de seguridad eterno. La lluvia fue a más y el Safety-Car salió a pista a las 03:44 horas por el miedo a que las condiciones fueran demasiado peligrosas y que se produjeran accidentes. Incluso cuando dejó de llover, el frío dificultaba en gran medida que la pista se secara con normalidad. El coche de seguridad se retiró 4 horas y 27 minutos después, a las 08:11 horas.

El Safety-Car compactó el grupo. La carrera ya había dejado atrás la noche y quedaban por delante ocho horas de carrera con 11 hypercars en la vuelta del líder, separados por apenas unos pocos segundos. El Toyota 8 tomó la resalida como líder, seguido del Porsche 6 y el Ferrari 50.

El Toyota 8 y el Porsche 6 se empezaron a escapar del grupo, y así los dos coches rodaban separados por apenas un par de segundos y cada vez abrían más hueco con sus perseguidores. Estaban tan cerca que en cada parada en boxes había riesgo de undercut o de overcut, por más que no se acabó de materializar en ese momento.

En la segunda ronda de paradas, el Porsche 6 se ha consolidado en el liderato. El Toyota 8 había entrado una vuelta antes, pero en la vuelta de salida se encontró un tramo lento en banderas amarillas –por accidente del Porsche 4– y esa circunstancia permitió que el Porsche 6 hiciera su repostaje y se reincorporase con 21 segundos a su favor.

Las distancias se han neutralizado pronto y el T, porque a las 09:36 ha salido de nuevo el coche de seguridad. El motivo, un accidente del Aston Martin 27 de Alex Riberas, que en ese momento no estaba al volante. En la aproximación a Indianápolis, el coche ha sufrido aquaplaning, ha golpeado el muro y ha acabado volcando. El Safety-Car se ha mantenido en pista durante una hora, hasta las 10:33.

El coche de seguridad movió la carrera. El Toyota 8 y el Porsche 6 perdieron terreno por la secuencia de paradas. De hecho, los nuevos líderes eran el Ferrari 83 y el Ferrari 50, que se habían reenganchado a la carrera con esta interrupción. En una estrategia alternativa estaba el Cadillac 2 de Alex Palou, que iba a contrapié y lideraba unos 20 minutos por tanda. Después del repostaje, sin embargo, volvía a caer fuera del Top 5.

En la resalida, Kamui Kobayashi atacó con todo. El Toyota 7 presionó al Ferrari 83 y el Ferrari 50 para presentar su candidatura a la victoria, pero los italianos lo frenaron. De hecho, su presión era tan fuerte que Ferrari incluso impartió órdenes al coche número 50 para decirle que se despreocupara del 83 e hiciera lo posible por frenar a su perseguidor. El impulso le duró una vuelta, porque después tuvo problemas mecánicos y perdió mucha velocidad. El Toyota 8 lo adelantó rápidamente para tomarle el relevo.

En vistas de que el Ferrari 50 era el que tenía más ritmo, el número 83 lo dejó pasar con la intención de dejarle hueco para correr y ralentizar a los Toyota para crear un margen de seguridad. Sin embargo, después de un breve Full-Course Yellow por debris en pista, el Toyota 8 ha pasado en pista al Ferrari 83 en la resalida para convertir la carrera en un mano a mano con el número 50 de Molina.

Al llegar al mediodía, el Toyota 8 pasó al Ferrari 50 con la estrategia para ponerse líder y el Ferrari 83 se descolgó definitivamente de la pelea. Llegó a boxes con aparente normalidad, aunque con unos frenos muy humeantes. El problema vino al arrancar: el coche no respondió. El piloto se tuvo que bajar del coche y los mecánicos empujaron el hypercar al interior del garaje para tratar de repararlo.

La gestión de gomas era crítica. El Toyota 8 se había puesto líder porque había alargado otro stint con las misma gomas y el Ferrari 50 había cambiado neumáticos. Sobre las 12:50 horas, sin embargo, Toyota hizo un cambio de piloto y esto permitió que el Ferrari 50 de Molina recuperase el liderato de la carrera, con 12,7 segundos de margen sobre el dorsal número 8.

Minutos después, los comisarios anunciaron una investigación sobre el Ferrari 50 y el Ferrari 51 por una posible infracción técnica. Una penalización hubiera sido fatal, pero la situación se solventó con una simple advertencia, por lo que no tuvo más afectación a la clasificación.

La lluvia volvió con fuerza a las 13:50 horas, justo cuando Molina lideraba con el Ferrari 50 y Brendon Hartley lo perseguía con el Toyota 8 a tan sólo un segundo de diferencia. Molina gestionó el tráfico a las mil maravillas y ambos entraron a boxes al mismo tiempo para poner zapatos de lluvia. Hartley perdió tiempo por problemas con la tuerca delantera derecha. Eso hizo que el Ferrari 50 ampliase su ventaja hasta los 11 segundos al regresar a pista. El Cadillac 2 de Palou, que seguía liderando de forma intermitente, se arriesgó y acertó al ser el primero en poner gomas de mojado.

Diez minutos después, la polémica. El otro Ferrari oficial, el número 51, golpeó al Toyota 8 que estaba inmerso en la pelea por la victoria. El accidente, fortuito y consecuencia del asfalto mojado, ocurrió en Mulsanne. Hartley trompeó y cayó hasta la sexta posición. El 51 recibió una sanción de tiempo de cinco segundos.

El Ferrari 50 lo tenía todo de cara. Sin su perseguidor más inmediato, todo hacía pensar que podría controlar las dos últimas horas y llevarse la victoria a casa. El Toyota 7 había pasado al Ferrari 51 para ponerse segundo, pero seguía a 26 segundos de distancia. Pero entonces hubo un mensaje de radio que lo cambió todo.

El director de carrera advirtió al líder que la puerta derecha de su coche estaba abierta. Nicklas Nielsen, atado con el cinturón, no alcanzaba a cerrarla. Y tras un primer aviso, Eduardo Freitas volvió a intervenir por la radio para ordenarle que pasase por boxes para cerrarla definitivamente.

Esa circunstancia propició que el liderato pasase a manos del Toyota 7, seguido del Ferrari 51 a algo más de diez segundos y del Cadillac 2 de Palou en una inesperada tercera posición. El Ferrari 50 de Molina se reincorporó en quinta posición a 26 segundos de la cabeza de carrera.

Con esto, la carrera se acercaba peligrosamente a su última hora y a la última parada en boxes. Y todo estaba abierto. El Ferrari 50 había cedido el liderato por el problema con la puerta abierta, pero había aprovechado esa visita al Pit-Lane para repostar. Eso le daba una pequeña oportunidad de llegar hasta el final con un solo repostaje más, equilibrándose en estrategia con todos los demás. Para este penúltimo stint, Cadillac subió a Palou al número 2 para afrontar el momento decisivo del día.

A las 15:05 horas, se produjo un punto de inflexión en la pelea por el triunfo. José María López trompeó bajo la lluvia con el Toyota 7 y perdió unos 20 segundos en el proceso. Y ese tiempo precioso era crucial, porque implicaba que, tras el último repostaje, el Ferrari 50 tendría ganada la posición en pista.

Miguel Molina paró a las 15:09 horas, a 51 minutos del final. Repostó y volvió a pista, con la incógnita de saber si esto bastaría para llegar hasta el final o no. Por su parte, el Toyota 7 entró nueve minutos después y repostó a 42 minutos del final para embarcarse en el sprint hasta la línea de meta. El Ferrari 50 recuperó así el liderato de la carrera, con una renta de 41 segundos sobre su perseguidor y el misterio de si podría llegar hasta el final o no.

Cadillac se equivocó en el cálculo del combustible del coche de Alex Palou, que empezó la última tanda con más gasolina de la debida. Eso le costó la sexta posición de la general con el Porsche 5, que le hizo un undercut.

Toyota capituló a 18 minutos del final cuando le comunicó por radio a José María López que creían que el Ferrari 50 podría llegar hasta el final y que no valía la pena asumir riesgos. Nielsen levantó el pie y jugó con la distancia para recibir la bandera a cuadros y ganar las 24 Horas de Le Mans. Cruzó la línea de meta con el 2% del depósito de combustible, sin margen para dar ninguna vuelta más.

RESULTADOS 24 HORAS DE LE MANS 2024