Al Dakar, en taxi

Esta es la historia vivida por Lionel Costes, que este año había decidido tomarse un ‘Dakar sabático’ para preparar el 2026, año en el que tenía previsto correr en moto acompañando a sus dos hijos.

"Recibí un correo el jueves por la tarde, así que pudimos subir al avión el jueves por la noche y nada más aterrizar recorrimos en taxi los 500 kilómetros de distancia hasta Bisha. Apenas dormí". 

Y, sin embargo, llegó a tiempo para tomar la salida como copiloto de Ludovic Ghirardi, uno de los clientes de MD Optimus, en el Prólogo; tiempo justo para ponerse el mono.

Ghirardi se quedó sin copiloto en el último momento. François Borsotto no podía correr. Maryse Morel, la esposa del fundador y propietario de MD, Antoine Morel, se dio cuenta de inmediato del problema y decidió llamar de inmediato a Lionel, que otros años había Jean-Rémy Berghoune.

Costes no se hizo de rogar. Su mujer estuvo de acuerdo. Comenzó una carrera contrarreloj, tanto o más dura que el Dakar.  "Estaba convencida de que aceptaría. Los dos se conocen y no se negaría", explicó Maryse.

Costes es un tipo que siente el espíritu dakariano, de que en el desierto todos son pequeños y deben ayudarse. Pero también debieron moverse otros hilos. El pasaporte recién expedido no era apto para volar, pero hubo una exención por parte del ministerio saudí.

“Ha sido toda una locura, pero estoy encantado de estar en la carrera porque, en el fondo, estaba deseando volver”, admite el copiloto… que, al finalizar la primera etapa subió al podio. Obviamente no era por la posición en la clasificación sino para recibir el premio ‘Espíritu del Dakar’. 

"Somos amateurs, amamos el Dakar… pero el mérito es de Maryse que no sólo me contactó sino que se ocupó de que llegara a tiempo", ha dicho Lionel.

En muchas ocasiones se ha dicho que un deportista o un equipo han llegado contrarreloj al evento. En este caso lo de ‘contrarreloj’ no es una figura retórica, sino una completa realidad.