Vallejo abandona el Dakar: "No sé si voy a intentarlo otro año"

Había sido una primera semana 'tormentosa' para el 'lobo de Meira'. Recordemos que el primer día de carrera 'real' se encontró por el camino con el coche destrozado de Óscar Fuertes y su hermano Diego. Tras pararse a ayudar, siguió la marcha, 'coleccionó' pinchazos y se quedó atascado en una olla, pero llegó a la meta.

A partir de ahí, Sergio y Mario vivieron todo tipo de situaciones: desde averías mecánicas de todos los colores –la segunda etapa no pudieron completarla y gastaron un 'joker' para reengancharse– hasta rozar la tragedia por un 'casi atropello' de un camión. Un 'cursillo acelerado' de Dakar, sin duda.

Pese a todo, pudieron llegar a la jornada de descanso, en lo que parecía un 'regalo de cumpleaños' para Sergio, y la novena etapa la finalizaron sin grandes problemas. Parecía que todo empezaba a ir por el buen camino… hasta que llegó la peor de las noticias.

La décima etapa volvió a ser un 'infierno'. Sergio y Mario trataron de seguir a un piloto francés y resulta que éste los llevó directamente a una olla, en la que quedaron atascados varios participantes. Pero la historia que viene después es aún peor.

"Íbamos detrás de un piloto francés que, como nosotros, buscaba la arena sin batir y cuestas más leves. Nos pareció que lo podríamos usar de 'fusible'. Menudo error... nos llevó directos a un atasco. Sí, un atasco en pleno desierto. Entramos en una olla en la que había dos SSV y tres coches atascados", ha dicho Sergio esta mañana.

"¿Qué hacer en un atasco? Ser paciente, así de simple. Los SSV salieron con relativa rapidez, pero los coches... iba a ser otra historia. Mario se encargó de calmar a los dos franceses (después de que uno de ellos me golpease el coche dando marcha atrás) y yo le expliqué al chino –Po Tian y su copiloto, Du Xuanyi– que le íbamos a ayudar a salir. Él estaba primero, luego al segundo, al tercero... y finalmente nosotros".

"Sacarlo nos llevó una hora. A los otros dos... no vale para contar. Al ver que aquellos dos liaban una detrás de otra, le pedí al chino que se fuese. Allí nos quedamos con los dos locos hasta que uno de los copilotos se puso al volante y consiguió salir; y luego sacamos al siguiente. Cuando llegó arriba, el piloto recogió sus planchas, subió andando la duna... y hasta luego. Nos quedamos solos Mario y yo".

"Otra vez había que armarse de paciencia y, con nuestras planchas, movernos metro a metro hasta salir de allí. Cuando lo conseguimos, no estábamos en condiciones de pilotar de noche y llegar a la meta de la especial. Había que asumirlo, suponía la derrota... y a la vez una victoria por llevar el coche entero al vivac y también a nosotros mismos", ha agregado Vallejo.

Es una pena que un binomio que mostró su 'espíritu dakariano' en la quinta etapa no haya recibido la misma moneda por parte de otros participantes. "No sé si voy a intentarlo otro año", ha comentado el piloto gallego. Esperemos que cambie de opinión.