El día que Top Gear pudo hundir Tesla: así fue la lucha de Clarkson y su equipo contra Elon Musk

Es de todos conocido que Jeremy Clarkson no sólo no simpatiza, sino que odia los coches eléctricos. De hecho uno de los motivos por los que Top Gear cerró sus puertas este año es que probarlos resulta un 'coñazo' para el 'dream team' de presentadores británicos. Lo suyo es verdadera pasión por la gasolina, pero ¿hasta el punto de mentir para defenderla?

Corría el año 2008 cuando una pequeña startup americana, Tesla, soñaba con fabricar coches eléctricos. El emprendedor Elon Musk, que había ideado y vendido PayPal a eBay, se involucró en el proyecto tras conducir un Prius y preguntarse por qué aquél coche 'un poco eléctrico' no podía ser totalmente eléctrico. Así que compraron chasis a Lotus, acoplaron baterías de ordenadores Dell, un motor eléctrico y muchísimo software: la herramienta vital de Tesla para crear el primer Roadster.

Tras muchos esfuerzos pusieron en el mercado un modelo brillante en prestaciones, pero limitado en autonomía. Y, claro, querían venderlo, así que buscaron publicidad gratis y en Top Gear quisieron probarlo…

¿SIN BATERÍA?

La prueba fue un desastre para el coche que, al parecer, se quedó sin batería. Los presentadores entraron al garaje empujándolo, y tardaron 16 horas en recargar. Pero Elon Musk no se quedó contento con esta afrenta, particularmente dolorosa en un momento en que necesitaba más inversores para hacer crecer su empresa. Peor aún: muchos clientes cancelaron sus pedidos.

Los ingenieros de Tesla revisaron los datos del coche y… ¡sorpresa! Siempre había tenido más del 20% de autonomía, lo que hacía imposible quedarse tirado. ¿Por qué lo empujaron? Revisando el coche encontraron un guion fechado antes de la prueba donde ya se anticipaba que el coche quedaría inutilizado y sería empujado al garaje. Top Gear había mentido.

Musk no se amilanó y llevó el caso a los tribunales, donde perdió. Recurrió, y volvió a perder. El juez británico declaró que "nadie creería una prueba de Top Gear como una prueba real del coche". Aunque no ganó en el juzgado, el revuelo puso en alerta tanto a Musk como a los potenciales clientes sobre la percepción de algunos medios hacia los coches eléctricos. ¿Quién ganó entonces la batalla?

LOS TESLA, SIN PRENSA

La primera decisión que tomó Musk fue dejar de prestar sus coches a la prensa, lo que limitó la información disponible para los potenciales compradores. En cambio, con el programa de referidos de Tesla, por el que un cliente de la marca recibe dinero si alguien compra un coche con el código de un cliente, surgieron muchísimos canales de YouTube donde usuarios compartían sus experiencias diarias, ayudando a otros a tomar la decisión de comprar coche y logrando con ello premios a través de los referidos y alimentando el interés por la movilidad eléctrica. 

MUCHOS COMENTARIOS POSITIVOS

Como consecuencia, los comentarios sobre Tesla son generalmente positivos, y de hecho cuando se eliminó temporalmente el programa de referidos empezaron a arreciar las críticas hacia aspectos del coche antes inadvertidos: crujidos, materiales o paneles de carrocería mal alineados que antes pocos conductores notificaron en sus vídeos eran ahora noticia, así que Tesla reactivó el programa y las alabanzas volvieron a aparecer en las redes. Entretanto la prensa tradicional, muy afín a los coches eléctricos, como demuestran títulos como 'Coche del Año en Europa' otorgados al Nissan Leaf, Opel Ampera o Jaguar I-Pace, no pudo hacer comparativas ni pruebas reales hasta hace pocos años.

SALIÓ BIEN, PERO TESLA PODRÍA HABER CAÍDO

Elon Musk salió ganando gracias a su empeño en enfrentarse a Top Gear. Esto dio credibilidad al coche y al proyecto, y puso en su lugar al programa en cuanto a valorar los coches eléctricos de la marca, impulsando con su negativa a prestar coches a la prensa los vídeos de usuarios convertidos en fans, accionistas y 'referentes' en movilidad. En cambio Top Gear ha cerrado sus puertas –o mejor dicho 'Le Grand Tour', su continuación en Amazon Video–, precisamente porque sus presentadores no quieren probar eléctricos. Musk ganó esta batalla, pero podría haber ocurrido lo contrario: de no haberse enfrentado a Top Gear, la credibilidad de la marca habría sido cuestionada, afectando la confianza de inversores y clientes y Tesla podría haberse quedado en el camino. Es por ejemplo lo que le ha pasado a Fisker, una empresa que parecía viable hasta que el conocido Youtuber Marques Brownlee dijo que el Ocean era el peor coche que había probado nunca, llevando a la marca a su cierre. Una vez más, sin el empeño de Musk en un asunto aparentemente menor, hoy Tesla no existiría.