Susto en Interlagos: Socavón en pista... ¡y siguen corriendo!
Este fin de semana los responsables del circuito de Interlagos, sede del GP de Brasil de F1, se levantaron con un tremendo susto en el cuerpo: la aparición de un socavón en la curva de Laranjinha.
Una grieta no pequeña precisamente, de unos cinco metros de profundidad y que tenía, aunque no todos visibles, más de cinco metros de longitud. ¿La causa? Una pared de una antigua conducción de aguas que, tras más de 60 años de servicio, cedió.
No debe sorprendernos, porque el trazado paulista debe este nombre a que está ubicado entre dos lagos que históricamente proveían de agua a la ciudad, de ahí su nombre.
Está claro que Interlagos, una pista de trazado bellísimo, personalísimo, indiscutible, precisa de una remodelación urgente no del layout de la pista, sino de su veterana infraestructura, sobre todo teniendo en cuenta que quiere conservar el Gran Premio de Brasil frente a los amagos de Río de Janeiro para recuperar la carrera.
Este fin de semana se disputaba en el trazado una prueba del Campeonato Paulista y sobre todo la primera carrera del campeonato de iniciación más popular de Brasil, la Fórmula Vee.
Pese al estrago causado en la pista, la carrera no fue cancelada como hubiera sucedido en campeonatos mayores. Simplemente se ‘estrechó’ de forma artificial la pista, primero con conos, para que el estrechamiento fuera progresivo, y después con barreras más consistentes, disuasorias, para encarrilar los coches y evitar que pudieran acercarse al ‘bujero’ y hacerlo aún más grande.
Una adaptación de aquellas ‘chicanes provisionales’ que la F1 adoptó en Montmeló, por ejemplo, hace unos años. O de cómo se señalan estos incidentes en cualquier vía pública para evitar accidentes.
Y una vez ‘cortocircuitado’ el problema, a dar gas... a dar gas como si nada hubiera pasado.
