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Las ratas ya han aprendido a conducir, ¡y les gusta!

27/10/2019 09:37

Los científicos de la Universidad de Richmond, en Estados Unidos, han logrado enseñar a las ratas a conducir pequeños vehículos eléctricos llamaos ROV.

El ROV no es ningún insulto peyorativo a un colectivo de conductores, sino que se trata de uno sencillo vehículo eléctrico que la Universidad de Richmond, Estados Unidos, ha utilizado para experimentar y comprobar si las ratas son capaces de conducir. 'Rat-operated vehicle' o 'vehículo operado por ratas'. Son las secuelas de la fama alcanzada por un perro neozelandés a quienes sus propietarios enseñaron a conducir hace algunos años.

La idea de este experimento es clara: comprobar si se puede enseñar a conducir a animales y si estos son capaces de aprender y de seguir órdenes más complejas de las que habitualmente podemos dar a un perro, por ejemplo.

El experimento involucró a seis ratas hembras y 11 machos, que colocaron a los mandos de estos vehículos en una pequeña superficie y que las estimularon al presionar unas barras de cobre para impulsar los vehículos de momento hacia delante. Cuando lo conseguían, recibían un premio sabroso: barritas de cereales. Poco a poco, conforme avanzaba la 'pericia' de los roedores, el área de conducción se ampliaba hasta los 4 metros cuadrados.

No sólo eso. La barras de cobre activaban los circuitos eléctricos motrices e incluso eran capaces de hacer girar el 'automóvil' a izquierda o derecha. Kelly Lambert, profesora de Neurociencia Conductual en la Universidad de Richmond, puso de relieve que "las ratas aprendieron a conducir el automóvil de forma única, usando patrones que nunca antes habían usado, todo para obtener la recompensa", y añadió que tanto ellas como otros animales "son más inteligentes de lo que pensamos".  También puso de relieve que los animales se mostraron muy relajados y sin estrés durante el experimento.

A quien suscribe estas líneas no le ha sorprendido mucho. Cuando en los circos el plato fuerte eran los animales, estos hacian actuaciones sorprendentes porque los amaestraban para ello. Aquí, el quid de la cuestión, sin embargo, es que los roedores lo han aprendido por su cuenta.

En cualquier caso, seguramente nos sentiremos más seguros al viajar en un coche autónomo –pese a que espero que no llegue la ocasión– que si proponen hacerlo en alguno controlado por una rata o cualquier otro animal. Como decía un amigo, los experimentos, con gaseosa.