CONCEPTO

Cómo revivir el Lotus Esprit con éxito

José Miguel Vinuesa
06/07/2018 09:15

Hethel, año 1970. Tony Rudd, el pragmático y brillante diseñador de BRM, llega a Lotus. En sus planes está crear el sucesor del modelo Europa, con un proyecto que internamente denominarán M70. Al año siguiente, Colin Chapman encarga a Giorgietto Giugiaro el diseño del futuro coche, que en sus versiones iniciales aparece en 1972 en el salón de Turín. No tiene nombre todavía. Pero en octubre de 1975, en el Salón de París, se presenta definitivamente. Es el Lotus Esprit.

Inicialmente contaba con un motor de 2.0 litros y cuatro cilindros que entregaba 160 caballos, considerados algo cortos. Pero eran sus formas las que impactaban especialmente. Afilado, anguloso, en forma de cuña, señas de identidad de Italdesign, la oficina de diseño del genial Giugiaro. Carrocería de fibra de vidrio sobre un chasis de acero, eran líneas puras y aerodinámicas que a Colin Chapman sólo convencieron cuando vio las cifras en el túnel de viento. Era un digno Lotus, de vanguardia. Era uno de los primeros proyectos de Italdesign y punto de inicio de la era del diseño llamada ‘folded paper’, por sus líneas marcadas.

Pero ese era el S1. El Esprit resistió el paso del tiempo, y a lo largo de varias series llegó hasta 2004, año final de su producción, con retoques en el diseño y en el interior. La serie S4 vivió el último retoque de la mano de Russell Carr en 2002, ya con un motor V8 de 3.5 litros turbo y unos capados 350 caballos. Las líneas eran más modernas, pero bajo todas las reformas, aún se veían las líneas originales. Sin embargo, en febrero de 2004 el coche cesó en la producción, y pese a que en el año 2010 hubo un estudio conceptual sobre un hipotético nuevo Esprit, nunca ha entrado de nuevo en la gama de modelos de la marca.

Pero, ¿por qué no recuperar un coche que definió el tránsito de lo clásico a lo moderno en Lotus? El Elise está muy bien y es un clásico, el Exige es la versión coupé del anterior, y el Evora es el modelo más prestacional. Sin embargo, el Esprit pudo haber llegado a los 500 caballos con su motor sin limitar. Hoy, el Esprit estaría llamado a ser un coche de alto rendimiento que, gracias a la tradición Lotus de peso contenido, plantaría cara a muchos deportivos de alto nivel. Pero para eso habría que reinventarlo manteniendo las señas de identidad y el estilo original, como es tradición en Lotus con sus modelos. Y ahí surge la visión de Pol Santos del renovado Lotus Esprit.

La forma es moderna, más redondeada, los años setenta quedan lejos. Hay que beber de ahí, pero pensar en hoy. Así que, por ejemplo, aunque nos gusten los faros retráctiles, hoy no encajan: quedan sustituidos por tomas de aire que elegantemente nos recuerdan la forma del antiguo faro. Las ópticas ahora están en pleno frontal, donde en el pasado ya había algunas. Un frontal que cuenta con vértices aerodinámicos y unas tomas de aire más pequeñas aún manteniendo las tres entradas originales e incrementado la salida de cortinilla para la rueda, de forma que queda todo muy limpio y compacto.

Creación de Pol Santos - SoyMotor.com

 

En la parte lateral se desintegra, sin embargo, la forma original. La curva y la fluidez son la tónica, lejos del tiralíneas. Pero con detalles, como el pilar C que evoca con mucho sentido la forma del modelo original. En la talonera encontramos una versión musculada de la original, rotunda y coherente con la adición de una salida de aire delante de la rueda trasera, que dota de equilibrio al conjunto con la delantera. Músculo y suavidad, y ruedas de mayor diámetro. Adiós también a la moldura central de las puertas y el lateral: ya no pinta nada ni es estético.

La trasera tiene un cierto sabor Aston Martin, aires de Vantage, con la caída curvada que borra por completo el ángulo de 90 grados en que acababa el modelo original. Eso sí, el alerón es el mismo, porque cumple su función igualmente y porque no es necesario ni siquiera modernizarlo: el antiguo encaja en el moderno como un guante encajará siempre en una mano. He ahí la clave de esta visión serena. Lástima que no podamos ver la parte trasera, pero la imaginamos con un pequeño pero eficiente difusor y faros elegantes. Y, calenturas de uno, con cuatro hermosos escapes cromados de los que emana el sonido del motor.

Vivo, fresco. Así estaría el Esprit en esta visión de Pol Santos. Porque se puede imaginar sin quebrar con el pasado, se puede renovar sin despreciar lo admirado y se puede devolver a la vida a un coche que funcionaría de maravilla frente a los rivales. Colin Chapman estaría conforme con este coche, original y moderno, individualizable entre la maraña de diseños actuales. Como era entonces. Como debería ser ahora.

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