Rally Montecarlo 2019: cita a ciegas entre los 'Seb'
Tras una larga espera, el Campeonato del Mundo de Rallies regresa con una de las mejores cartas de presentación de los últimos tiempos: vuelve Sébastien Loeb, aunque sea sólo para seis rallies, y plantará batalla al ya de por sí espectacular duelo a tres bandas que ofrecieron el año pasado Sébastien Ogier, Thierry Neuville y Ott Tänak.
Cabe recordar que la última vez que Loeb corrió el Rally de Montecarlo, en 2015, el francés protagonizó una intensa lucha contra su compatriota Ogier. Ambos pilotaron al límite para tratar de llevarse la victoria, hasta que Loeb cometió un error –un golpe contra un muro rompió la suspensión de su coche– y allanó el camino a su tocayo.
Como es habitual, el Mundial comienza una nueva temporada –repleta de cambios– con el rally más impredecible, el Montecarlo, donde cada curva siempre se convierte en un desafío, pues los pilotos pueden encontrarse una zona completamente seca, seguida de otra llena de hielo y nieve… ¡con neumáticos de seco!
Obviamente, la elección de los neumáticos se antoja crucial en este rally. Para esta prueba, entre las gomas de seco y mojado se cuelan dos específicas de invierno, una sin clavos y otra con ellos, aunque no tan grandes como los de Suecia –sólo sobresalen dos milímetros del clavo en Montecarlo, mientras en Suecia sobresalen 6,5 milímetros– para no perderlos por el camino asfaltado.
También cobran especial protagonismo los 'ouvreurs', es decir, personas especializadas –suelen ser expilotos, excopilotos…– a pie de pista que detallan al piloto cómo se encuentra la superficie en el último momento.
De esta manera, el recorrido del Rally de Montecarlo 2019, la 87ª edición, se presenta con una ruta modificada al 40% respecto a años anteriores. El itinerario es mucho más compacto, ya que ha perdido alrededor de 70 kilómetros cronometrados, pero pasará por zonas históricas como el Col de Turini o La Bâtie-Neuve.
Así, el evento monegasco, cuyo parque de asistencia ha sido instalado en Gap –donde nació Ogier–, consta de 16 tramos repartidos en cuatro días de competición, entre los que sumarán una distancia total de 1.366,43 kilómetros, de los cuales 323,83 kilómetros serán cronometrados.
La acción comenzará fuerte, con el Shakedown el jueves por la mañana y, sin contemplaciones, dos tramos nocturnos por los altos Alpes que suelen tener una buena mezcla de asfalto seco y nieve. Toda una declaración de intenciones para los pilotos, que el primer día tendrán que afrontar más de 40 kilómetros cronometrados, en lugar del típico tramo inaugural que llevan a cabo la mayoría de rallies.
En este primer tramo, Loeb consiguió meterle la friolera de 30 segundos a Ogier en el Montecarlo de 2015, tras más de un año en barbecho, en una de las acciones que quedarán para el recuerdo de los amantes de este deporte. A la postre, no obstante, Ogier acabó dándole la vuelta a la tortilla, de la mano del impresionante Volkswagen Polo R WRC que tantos éxitos cosechó.
El viernes tendremos la primera jornada completa, con seis tramos que sumarán más de 125 kilómetros contra el crono, en la etapa con más novedades del rally. Serán dos bucles de tres tramos cada uno –Valdrôme-Sigottier, Roussieux-Laborel y Curbans-Piegut–, con algunas especiales nuevas que pueden deparar muchas sorpresas.
De cara a la etapa del sábado, disfrutaremos de sólo dos tramos –dos pasadas a cada uno–, si bien esta vez serán más conocidos. Agnières en Dévoluy-Corps y St Léger les Mélèzes-La Bâtie Neuve harán las delicias de los aficionados, en un emplazamiento que se prevé rebosante de hielo y nieve, en pos del espectáculo.
Y para la jornada definitiva, la del domingo, la organización ha reservado dos platos fuertes. Dos pasadas a La Bollène Vésubie-Peïra Cava y, sobre todo, La Cabanette-Col de Braus –cuya segunda pasada cerrará el rally en el mítico Col de Turini y otorgará puntos extra a los cinco pilotos más rápidos, por su condición de Power Stage– serán cruciales para las aspiraciones de cada uno.
Como aliciente al siempre espectacular e impredecible Montecarlo, en esta edición tendremos una 'cita a ciegas' entre los dos Seb: Loeb completa la temible alineación de Hyundai y Ogier ha vuelto a Citroën, equipo con el que debutó en el WRC pero del que tuvo que salir por la puerta de atrás en 2011 –después de muchos roces con Loeb–.
Pero no sólo ellos estarán en la batalla por la victoria. Neuville ya puso contra las cuerdas a Ogier en la edición de 2017 –hasta el pequeño incidente con la famosa baliza– y Meeke también se mostró muy competitivo en 2016. Junto a Tänak y Latvala en Toyota, los japoneses tampoco andan cortos de pilotos rápidos.
La pena es que será un Montecarlo sin pilotos españoles. Dani Sordo no estará porque comparte coche esta temporada con Loeb, y tampoco tendremos pilotos jóvenes en categorías inferiores como pudieran ser Nil Solans o incluso su hermano Jan, que este año tratará de repetir su gesta en el Mundial Júnior.
Sin duda, será un rally que se decidirá por pequeños detalles. La elección de los neumáticos, el alto protagonismo de los ouvreurs, la capacidad de anticipación ante factores externos, como las famosas placas de 'hielo negro' que no se ven… son algunos de los aspectos que hacen que el Rally de Montecarlo sea uno de los eventos más bonitos de la historia del automovilismo.
