¿Qué es el valor venal de un coche?

Aunque parezca simplemente una palabra extraña, se trata de un concepto importante a efectos legales, como en el caso de haber tenido un siniestro o si compras un coche de segunda mano a la hora de pagar el impuesto de transmisión. En realidad, el valor no depende ni de ti, ni del seguro, ni de un compraventa, sino de la Administración Pública.

El valor venal de un vehículo es el valor mínimo que el mismo tiene para Hacienda, teniendo en cuenta el año de su producción, y por lo tanto, la pérdida de valor del mismo. Depende exclusivamente de los años, y es el baremo que la Administración tiene en cuenta para determinar el valor del impuesto de transmisión de un vehículo. Es decir, que si tu coche tiene un valor venal de 1.000 euros, el porcentaje del impuesto se aplicará sobre ese valor, salvo que el precio de venta sea superior, en cuyo caso se tiene en cuenta el valor de venta.

Por lo tanto, el valor venal no es el valor de mercado del coche, sino el valor mínimo del mismo a efectos legales. Porque el valor de mercado puede ser muy superior, según el estado del coche o su particularidad, de modo que un coche que por valor venal puede costar poco, tenga en realidad un valor muy superior. Y no, a la Administración tampoco le cuadra que un Ferrari lo vendas por 5.000 euros, por lo que en casos particulares puede investigar el valor declarado en la compraventa.  

Para consultarlo, Hacienda publica anualmente unas tablas con el valor del vehículo en cuestión, si bien en algunos casos algún modelo no aparece, por lo que hay que hacer una consulta individualizada. Este valor venal también es útil para las compañías aseguradoras, puesto que en caso de siniestro total de un vehículo –y si tienes una póliza a todo riesgo–, la compañía va a desembolsar el valor venal del coche, no su valor de mercado antes del accidente.

Así, el valor venal no es algo que tú puedas decidir, pero es importante. De hecho, es esa famosa pérdida de valor de un coche en cuanto sale del concesionario. No es que tu coche valga menos, pero legalmente sí, y esa depreciación progresiva año a año es el valor venal del coche. Ya no te puede volver a extrañar este concepto.