¿Y si se prohibiesen los combustibles fósiles en lugar de los coches de combustión?

El próximo día 7 de junio está previsto que el Parlamento Europeo vote sobre la opción de adelantar al año 2035 la prohibición de vender coches de combustión en nuestro continente. España, entre otros países, ya se ha mostrado a favor de ello a pesar del evidente retraso existente en infraestructuras respecto a la mayoría de nuestros vecinos. Pero, ¿y si la solución estuviese en prohibir los combustibles fósiles y no los vehículos térmicos? Éstas es la opinión de la Asociación Europea de Proveedores Automovilísticos –Clepa–.

Este organismo ha declarado que apoya el paso hacia el coche eléctrico, pero nunca sin que se lleve a cabo una transición lógica. El Grupo Volkswagen, por ejemplo, ya advirtió hace algunas fechas que este camino no podía recorrerse demasiado rápido. Para ello, Clepa propone que se prohíba el uso de combustibles fósiles para lograr una reducción de emisiones.

Una transición demasiado abrupta puede tener consecuencias devastadoras sobre la industria del automóvil y sobre los usuarios. De hecho, Clepa considera que son las necesidades de estos últimos las que deben primar a la hora de tomar decisiones. En este sentido, lo ideal según este organismo es que se permita elegir entre opciones que puedan resultar asequibles al bolsillo. Eso es imposible a día de hoy con el coche eléctrico.

Otro de los beneficios potenciales que trae la propuesta de Clepa es que se produce una apertura tecnológica que puede derivar en una mayor innovación por parte de las empresas y, por tanto, en un mejor posicionamiento de la industria europea del automóvil. Han sido muchas décadas de inversión en el motor de combustión para desecharlo de un día para otro. "Si se prohíben las tecnologías, se imponen restricciones y limitaciones a los recursos, a la capacidad de elección, al empleo y a la economía. Prohibamos los combustibles fósiles, no las tecnologías", ha finalizado la asociación.