CURIOSIDAD

Perdido 40 años alojado en el motor: la historia de un anillo de bodas

José Miguel Vinuesa
13/01/2019 10:14

En los coches se caen muchas cosas: monedas, llaves, papeles. La mayoría de ellas se recuperan con facilidad y no se pueden considerar perdidas. Pero lo que le ocurrió durante 40 años a un hombre de Iowa, Estados Unidos, es muy curioso: acaba de recuperar su anillo de bodas después de perderlo dentro del motor de su Oldsmobile 98 de 1972.

Ray Schmuecker de Petersburg, Iowa, compró el Oldsmobile 98 con la finalidad de contar con un vehículo con el que llevar a su esposa a las sesiones de quimioterapia por el cáncer que padecía. Eso fue en 1972. La mujer se recuperó, pero nuestro protagonista se dio cuenta un par de años después de que había perdido el anillo de bodas, y no estaba seguro de cómo había desaparecido.

Según Schmueker, "creo que me quité un guante y el anillo se me escapó con él. Pero ahora, 40 años después, el anillo aparece en un coche viejo". Eso no significa que no tuviese anillo de bodas durante 40 años, porque su esposa, poco antes de morir, encargó una copia casi idéntica del original. Luego falleció, y con el tiempo el Oldsmobile dejó de usarse durante 20 años, hasta que Schmuecker pensó en llevarlo a un desguace. Sin embargo, apareció alguien que necesitaba el motor del coche, un tipo llamado Will Frye, cuyo Oldsmobile 442 de 1969 lo había destrozado el verano pasado. Frye describe cómo encontró el anillo mientras arrancaba ese motor gigante de 7.5 litros:

"Estaba un poco destrozado, lo había limpiado todo con una manguera de aire y podía escuchar, ya sabes, tuercas y tornillos y cosas golpeando en el suelo, pero solo era una gran bola de grasa en el suelo". Aun así, un objeto brillante llamó su atención. "Parecía un rodamiento, pero tenía un poco de brillo, y lo levanté sólo para ver qué era, y ahí descubrí que era un anillo", explicó Frye. "Llamé a la hija de Ray para ver si conocían a alguien que hubiese perdido un anillo de matrimonio".

Y así es como Schmuecker, de 93 años, recuperó su anillo de bodas original, un pequeño objeto que más allá de su posible valor económico, significa mucho para él y su familia. Además, también le hace ilusión volver a escuchar el motor del coche familiar rugir de nuevo, algo que podrá escuchar en cuanto el nuevo dueño lleve el coche a una pista de carreras cercana. Una historia llena de emotividad.